La campaña de cara al 2015 comenzó ayer, y Marcelo Tinelli ofició de anfitrión. El puntapié inicial lo dio Martín Insaurralde, quien fue al estudio de Ideas del Sur para acompañar a su novia Jésica Cirio. Rápido de reflejos, el conductor de Bailando por un sueño -como un espectador de lujo- esperó que la dupla Cirio-Insaurralde anunciara su casamiento para desplegar toda su estrategia y darle aire -por un rato- a los candidatos más firmes de cara a las próximas elecciones. En poco menos de una hora y media, el conductor logró hablar vía telefónica con Daniel Scioli, Mauricio Macri, Sergio Massa y Aníbal Fernández. La única que le falló fue Cristina. Pese a sus dos persistentes intentos, no logró que lo atendiera.
Con toda habilidad, Marcelo Tinelli movió las piezas a su antojo, como lo hace todas las noches desde su ya consolidado programa que tiene como eje central un concurso de baile entre famosos, pero que va intercalando con los momentos más sobresaliente que el rating, la agenda y la política argentina imponen. Así, un día explota la creciente imagen del Papa Francisco,y otro deja meterse entre bambalinas a una muy buena imitación del juez estadounidense Thomas Griesa, que tiene a mal traer a la Argentina y la obliga a negociar con fondos buitre.
Los novios contaron que se casarán el próximo noviembre, en una quinta en Ezeiza, y que pensaron en una fiesta para 120 o 150 invitados aunque aún no definen la lista. Tinelli escuchó atento y luego jugó. “A mí me gustaría hacer un trencito con Cristina adelante y Capitanich atrás, así nos amigamos todos”, disparó.
El plan ya estaba en marcha. Tinelli, como hace siempre, analizó la escena y de repente arrancó. Agarró el teléfono y en un paso de comedia confesó que estaba llamando a la Quinta de Olivos. Su objetivo era invitar a la presidenta Cristina Fernández al casamiento de Martín Insaurralde. “Martín,¿tenes el teléfono de Cristina?, ¿Sabes si Cristina usa WhatsApp, así le mando una selfie?”, dijo Marcelo. Insaurralde, entre incrédulo e incómodo, balbuceó: "Yo llamo a alguno de sus secretarios".
Pasadas las 23, un operador de la residencia de Olivos lo atendió, y así mientras en teoría buscaban a Cristina y le consultaban si podía atenderlo, el conductor más famoso de la tele se puso a bailar al ritmo de la música que le devolvía el tono en espera. Fue y vino de un lado al otro del estudio, y hasta comentó que Cristina solía hablar con él. “Si puede me va a atender, si ella tiene buena onda conmigo, me llamó el día después del nacimiento de Lorenzo para felicitarme”, les dijo a Nacha Guevara y Soledad Silveyra, a las que ya les había preguntado si tenían línea directa con la mandataria.
"Hola, en este momento, la Sra. Presidenta acaba de llegar y está cenando con la familia", dijo una voz seca del otro lado, pero Tinelli -como un niño en pleno juego- hizo oídos sordos y siguió en la suya: “Estamos acá con el diputado Insaurralde, y la queríamos saludar. Como se está casando la queríamos invitar el 18 de noviembre, y queríamos darle la primicia, y saber si podrá ir”‘. "Vamos a hacerle llegar su mensaje", concluyó escueto el operador.
Marcelo, sin alejarse de su idea pero sabiendo a las claras que no podía bajar el ritmo, buscó en su agenda al próximo y llamó. "El número de Daniel lo tengo, Cris en cambio nunca me lo dio", bromeó Tinelli. En segundos, el gobernador bonaerense levantó el teléfono y después del saludo formal contó que estaba cenando con su hermano Pepe y con amigos, y que estaban viendo el programa.
“Qué grande Dani, siempre junto al pueblo”, gritó con efusividad Tinelli. Después Scioli saludó a Insaurralde y a Cirio, los felicitó y dio su presente en el casamiento. Luego, el conductor de ShowMach le contó que había llamado a Olivos y le pidió consejos a su amigo para lograr una comunicación directa con la Presidenta. "Cristina te tiene un gran afecto, en otro momento te va a atender. Le tiene una gran confianza a Martín, un gran apoyo porque hizo un gran trabajo en Lomas", fue el mensaje de Scioli antes de que lo interrumpiera Freddy Villareal, en la piel de un Insaurralde menos correcto.
A esa altura del programa, a Tinelli no le quedaba otra que ir subiendo la apuesta, y llegó el turno de Mauricio Macri, quien ajeno a lo que pasaba en el estudio escuchó la invitación al casamiento y pensando que se trataba de una joda -Insaurralde y él no tienen una relación cercana- chicaneó: "¿Se quieren casar en Capital y que yo los case?". "No", contestó tajante el ex intendente de Lomas de Zamora. Algo confundido, Macri señaló: “¿Están seguros de esto? De invitar al tun tun a un casamiento. Es muy raro todo. La verdad es que no sé qué está pasando. Voy a prender el televisor. ¿No es una joda?”. Al ver la pantalla, no reconoció a Jésica disfrazada de monja y disparó: "¿La monja esa también va?". Tinelli atajó la confusión y medió.
Como en un juego de memotest, en ese momento en el que el juego esta casi revelado porque quedan pocas fichas, llegó casi cantado el turno de Sergio Massa, quien atendió antes del primer rin. “¿Me llamas para pagarme la apuesta?”, preguntó el diputado nacional y ex intendente de Tigre. “No, no, nada que ver”, quiso safar Tinelli. Y repreguntó: “¿Estas mirando el programa?” - “Es como si los estuviera mirando por la cantidad de gente que me llamó”, retrucó el hombre de Tigre.
Tinelli planteó el mismo juego. Le contó a su manifiesto amigo personal que Cristina no lo había atendido y le pidió mediar, a lo que Massa contestó: “Hace rato que a mi no me atienden. Preguntale a Martín, capaz puede ayudarte más”. Massa confirmó que irá al casamiento de Insaurralde y después hasta se dio el lujo de chicanearlo. “Si es por seguridad decile que puede venir a casarse en Tigre”, a lo que Insaurralde retrucó: “Si es por seguridad me caso en Lomas”. Y el Insaurralde de Freddy remató con un chiste: “Me caso en Lomas, es lo más seguro”.
Después, el conductor también ligó la ironía del ex intendente de Tigre. “En el trencito con Capitanich atrás no te va a ir bien. Ya te paso una vez”, le dijo.
Después del paso de comedia que hizo con los tres políticos más afines a él, Tinelli volvió a llamar a Olivos. El operador que lo había atendido la primera vez, lo reconoció enseguida, y Marcelo avanzó: “Queríamos saludar a la Presidenta. Ya hablamos con Scioli, con Massa y con Macri. Sería un honor hablar con la Presidenta. Podría hacer un esfuerzo más y decirle: "Presi está Marce". Luego de tres minutos de espera llegó la respuesta: “Los asistentes de la Presidenta ya se fueron, no lo va a poder atender”.
Tinelli cortó resignado y uno de sus colaboradores le gritó: “Llamá a Boudou”. Tajante, sin lugar para el chiste, el conductor respondió: “No, no, a Boudou no”.
Sobre el final y sin decir a quién estaba llamando, la apuesta fue más fuerte. “Hola”, dijo el interlocutor, y Tinelli se apuró para evitar cualquier confusión entre lo público y lo privado. “Hola Aníbal Fernández, estamos en vivo, te aviso”, dijo. Y agregó: “Estamos acá con Martín Insaurralde que se casa en noviembre y queríamos invitarte”. “Estamos llamando a las personalidades más destacadas de la política”, puntualizó desde el estudio de Ideas del Sur.
El senador y presidente del Club Quilmes dijo que no tendría problemas en ir al casamiento si lo invitan. Sobre el final y bajo un clima bien distendido, Tinelli le preguntó si iba a ser presidente de la AFA. “Vos sos el presidente y yo podría acompañarte... jaja, pero ni en pedo”, contestó. La campaña comenzó y Tinelli es el titiritero.