Nadie quiere, en ningún partido político, las Primarias. Excepto Alberto Fernández, Daniel Scioli, Agustín Rossi y algún candidato que tenga pocos votos y aproveche el turno para mostrarse. Sin importar ideología, brotan los operativos clamor a favor del dedo de Cristina Kirchner como también del de Mauricio Macri. Más honesto es Javier Milei que se armó un partido donde no se permite la discusión y el lema es que al que no le gusta, ‘se vaya'. Al libertario le molestan las preguntas de los periodistas, las de los empresarios e incluso se enoja si en una entrevista le dejan un centro para que haga gol.
Hasta el viernes Joaquín De la Torre, que acaba de ser renunciado por el dedo de Patricia Bullrich como precandidato a gobernador de Buenos Aires, tenía previsto bajar su perfil hasta que escampe. En cambio salió a pedir un paso al costado de Horacio Rodríguez Larreta. Lo trató de "inspector de veredas" y en un plenario de San Miguel le tiró artillería pesada: "Acá la policía no mata pibitos como en la Ciudad al de Barracas Central" en referencia a Lucas González el joven baleado en una persecución policial. Luego le reprochó la cercanía en pandemia con Alberto Fernández y con el gobernador Axel Kicillof. "Como va a perder se tiene que bajar así no jode a la gente", reclamó y bramó: "Que se baje rápido".
Conocedor de todos los partidos, ex peronista y ex Frente Renovador, De la Torre hizo circular la desgrabación del discurso con el que explicó a la militancia las razones por las que aún fuera de juego deben redoblar esfuerzos a favor de Bullrich. Era parte del acuerdo previo que habían sellado con Néstor Grindetti, el elegido, y el ahora silencioso intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel.
Voto bronca vs voto miedo
La preocupación del PRO coincide con la de Cristina Kirchner que habla de tres tercios y no de un escenario polarizado. Incluso la presidenta del partido opositor disputa electorado con el "economista de ojos claros" según la descripción de la Vicepresidenta. Ella y él canalizan el voto bronca desde la pandemia de Covid 19 cuando sellaron amistad abrazándose en medio de la 9 de julio en el primer banderazo contra la cuarentena. El problema es que ni la UCR, ni la Coalición Cívica ni Rodríguez Larreta avalan ese entendimiento con Milei y ahora, encima, le temen.
En Juntos por el Cambio la interna pareció ordenarse esta semana con el acuerdo en Capital para definir vía encuestas si Fernán Quirós o Jorge Macri se quedarán con la precandidatura a jefe de gobierno y el aval en Buenos Aires para que Diego Santilli compita contra Néstor Grindetti.
El pacto duró poco, duró hasta que del lado macrista circuló la sospecha respecto a que las encuestas no sean objetivas y del otro respecto a que todo sea una pantalla para bajar a Quirós.
Para colmo corre la versión en Buenos Aires de que si esa segunda opción es la estrategia porteña habría compensación a favor de Santilli para que termine siendo candidato único en la Provincia. Los halcones del PRO que caminan la Provincia están que trinan. Los recelos bajan brazos y pueden poner en jaque la elección.
Enojos en el Frente de Todos
La misma amenaza de portazo permanente se percibe en el oficialismo donde son irrepetibles los reproches de todos contra todos. Desde el presidente Alberto Fernández que salió a cruzar la carta de Cristina Kirchner a Sergio Massa que este mismo viernes exigió "generosidad" a su espacio y reconocimiento a su patriada como superministro de crisis. En privado se lo oyó muy enojado con la falta de defensa de la gestión y del Gobierno y con la Casa Rosada a la que atribuyen "caprichos" para definir candidaturas y hasta operaciones para cerrarle el camino a la presidencial. Para colmo en medio de las tormentas reapareció con cuestionamientos Martín Guzmán. ¿Lo habilita el Presidente?
En ese contexto donde un tercio de votantes representa el voto bronca de Milei y otro tercio es de Juntos por el Cambio, Cristina Kirchner mantuvo una conversación por TV en la que volvió a explicar su postura frente al FMI, los pagos para el año próximo y alentó la teoría del miedo edulcorada con emoción y humor.
Sin embargo quizás hayan tenido más impacto sus guiños a un hombre de derecha como el mediático y tuitero Carlos Maslatón. No es la primera apuesta a romper su propio molde como lo hizo en 2017 y en 2019 o en el acto de La Plata donde sorprendió hablando de TikTok. Todo vale para entrar en el ballotage. La nueva estrella liberal de las redes y la tele es TT desde el jueves.
Pidió también "volver a enamorar" al electorado cuando con Alberto Fernández propuso cuatro años atrás revincularse a través de la moderación. Las dos preguntas más importantes son: ¿Se puede? Y ¿quién?
En la previa hasta que esté su definición de nombre y estrategia -¿en sociedad con Sergio Massa- varios se calzaron el traje que ella no entregó, todavía.
Precandidatos en carrera
Eduardo "Wado" de Pedro recorrió el Conurbano, se mostró con varios gobernadores y este sábado encabezó un encuentro de jóvenes, voto que supo capitalizar el kirchnerismo y que perdió en los últimos tiempos a favor del enojado libertario.
También Juan Grabois se probó el ropaje del traspaso generacional en un acto en Ferro donde lanzó su programa y precandidatura presidencial. Curiosas presencias se vieron en el lugar: hubo desde dirigentes sciolistas a representantes de La Cámpora, del Movimiento Evita y hasta Alberto Samid que había pedido públicamente ser el candidato de Milei en Buenos Aires. Lo de la gente de Daniel Scioli se entiende, el líder de Patria Grande es el más enojado con Massa. El ex gobernador cree que fue más leal que él pero nunca lo dice públicamente.
Este fin de semana Scioli planeaba estar ya de regreso en Brasil pero postergó su vuelta para participar de una actividad con el Movimiento Evita y con la ministra de Desarrollo Victoria Tolosa Paz. Ya había caído el sol este sábado cuando el embajador recorrió la 1ra. Expo Feria de la Economía Popular y el Cooperativismo montada en Plaza de Mayo. Las fotos lo muestran con Emilio Pérsico, uno de los dirigentes con el que no se lleva nada bien La Cámpora. Fernando "Chino" Navarro lo acompañó pero evitó las cámaras.
Massa no da ventaja. Primero apuró al Frente de Todos y a los precandidatos que "están pavoneando candidaturas en la televisión". Después buscó potenciar el reconocimiento que le hizo Cristina Kirchner. "Agarramos una papa caliente mientras otros se escondían", reivindicó su figura, pidió "generosidad" y dejó sin decir si quiere ser candidato a Presidente o a gobernador. Y en tercer lugar mostró músculo político juntando a ministros, gobernadores, legisladores e intendentes del Frente Renovador en San Fernando con la excusa de organizar un Congreso para el 10 de junio.
De Pedro tampoco dice que es precandidato pero tiene equipo de campaña, fotos de campaña y discurso de campaña que potenció tras la carta con la que CFK cerró el operativo clamor. En su entorno insisten en que el ministro del Interior no hace nada sin hablar previamente con Cristina Kirchner.
De Pedro reagrupó a voceros y estrategas desperdigados en distintos organismos. Su agenda es cada día más intensa. De la mano de Martín Insaurralde la semana pasada recorrió varios municipios bonaerenses, este sábado estuvo en Florencio Varela y el lunes tiene previsto reunirse en Quilmes con los intendentes del Frente de Todos de la Primera y Tercera Sección Electoral donde está el mayor flujo de votos de toda la provincia.
El gobernador Kicillof por su parte sigue en el camino de su reelección más que antes y a pesar de quienes piden que ocupe la candidatura a Presidente con un Massa o un De Pedro en Provincia. Este fin de semana aparecieron gigantografías en todo el territorio y él mismo volvió a la metáfora de una campaña con el vehículo de su amigo Carlos Bianco. ¿Cristina Kirchner se subirá al Clio? En todo caso quizás le convenga no hablar del dólar. Para criticar al Presidente recordó que en 2019 consideró correcto el dólar a $63. Hoy el blue pisa los $486.