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Fue una charla telefónica breve. Se dio después del anuncio de medidas económicas y el resultado fue un "apoyo pleno", según se jactan cerca de la ministra de Economía. La vicepresidenta Cristina Kirchner dialogó con Silvina Batakis esta semana. La economista cuenta con el visto bueno de la vice para avanzar con el paquete de propuestas anunciado. Pese a tal aval, por ahora el kirchnerismo no realizó alguno.
Según confirmaron a El Cronista al menos dos fuentes calificadas de la Casa Rosada y allegadas a la vicepresidenta, el diálogo entre Batakis y Cristina existió. Y hubo más de uno, aunque no trascendió mucho más. Sólo se supo que hablaron luego del anuncio de medidas y que la ministra recibió su respaldo, al igual que el apoyo con el que cuenta desde el primer momento por parte de Alberto Fernández.
"La ministra está tranquila ya que cuenta con el apoyo del Presidente y también de Cristina", dijo tajante un funcionario. "Puedo ratificar que hablaron y que hay buena sintonía", añadió otra fuente consultada de la Casa Rosada con diálogo permanente con Cristina Kirchner.
La vicepresidenta no saldrá públicamente a tomar partida o marcar definiciones por el momento. Tampoco hubo cuestionamientos públicos de los líderes del FdT a las medidas adoptadas. Sólo se supo que hay un aval genérico, a pesar de que algunos sectores del kirchnerismo duro objetaron los planteos de ajuste, la ratificación del acuerdo con el FMI, un mayor control del déficit y la negativa de la ministra de Economía a avanzar con el proyecto de Salario Básico Universal.
Además, hay una idea generalizada en el FDT de darle tiempo a las medidas lanzadas. "Esto es como Lavagna en el 2002, en unos meses se va a acomodar todo para mejor", sostuvo un funcionario en referencia al ex ministro de Economía de Néstor Kirchner.
En esta misma línea de apoyo se mostró en las últimas horas gran parte del Gabinete nacional. Alberto Fernández ordenó a su tropa "alineamiento automático" con la ministra.
LOS FRENTES ABIERTOS
De todas maneras, hay mucha preocupación en la Casa Rosada por el nivel de conflictividad social, el paro del campo, la reacción de los mercados y el índice de inflación que dará a conocer el INDEC en las próximas horas.
En el Gobierno ven una fuerte embestida de los gremios alineados en la CGT. La Central realizará una marcha a principios de agosto. Y desde la CTA y otros sindicatos que están afuera de las centrales reclaman reapertura de paritarias, nuevos bonos y aumentos para los jubilados.
En el oficialismo anotaron como una señal de alerta el acuerdo que selló con los movimientos sociales duros el dirigente social Juan Grabois. Amigo del Papa, Grabois decidió avanzar con medidas de protesta en conjunto con el Polo Obrero y otros sectores duros de los movimientos sociales. Se trata, analizan en la Rosada, de un contraataque de Grabois por la negativa oficial a instaurar el Salario Básico Universal.
"Los movimientos hacen su propio juego y es respetable pero ahora hay que llevar tranquilidad a la gente", reflexionó un hombre cercano a Alberto Fernández sobre la movida de Grabois y sus aliados.
Desde la Casa Rosada ven también con preocupación la reacción de los mercados con un alza del dólar blue y la caída de bonos ante las medidas de Batakis.
Pero Alberto Fernández no se mostrará impaciente. Por el contrario, ayer llegó hacia el final de la jornada a la Casa Rosada. Casi al anochecer se reunió con los referentes sociales de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular y piqueteros alineados al Gobierno. El encuentro se dio justo un día antes de la marcha de protesta masiva que preparan los movimientos sociales críticos de la gestión del Frente de Todos. Asistieron militantes del Movimiento Evita, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa
Así, el Presidente trató de dar una señal de tranquilidad a la ciudadanía en medio de un clima de tensión económica. Aunque se supo que puertas adentro, en los despachos del Gobierno, seguían con atención y mucha preocupación el incremento del Riesgo País y el dólar, entre otros temas.