Si los 19 millones de personas alcanzadas por el reintegro de IVA usan los $ 18.800 de devolución mensual que tendrán disponibles al comprar con sus tarjetas de débito, el Estado pondría en la calle $ 357.200 millones por mes en consumo, o medio punto del PBI.
Pero el alcance real de esta política es difícil de determinar. Los datos oficiales marcan que menos de dos de cada diez personas que tienen este beneficio desde hace años -titulares de AUH y jubilados con hasta tres haberes mínimos- lo usan, y por un monto muy inferior al disponible. Entre esas puntas se jugará el partido para una medida que puede paliar la caída del consumo de los últimos meses, en tiempo de descuento electoral. Y, también, el costo fiscal y su compensación con una mayor formalización de la economía.
"Hay que ver cómo arranca", dijo un funcionario de Economía, con la foto potencial de 19 millones de personas (CUITS) en la cabeza. Una familia tipo tendrá así, de mínima, 37.600 pesos por mes de reintegros al comprar alimentos y elementos de higiene y limpieza con la tarjeta de débito.
El beneficio al consumo llega en momentos en que las ventas caen. Según la CAME, las ventas en comercios minoristas cayeron 4,1% anual en agosto y 0,5% desde julio. La Cámara Argentina de Comercio detectó un cambio en la tendencia desde antes de la devaluación post PASO.
La experiencia previa
El reintegro de IVA (un mecanismo que no afecta la coparticipación, como sí ocurre con la suba del mínimo no imponible de Ganancias) funciona desde hace décadas, pero siempre estuvo debajo del radar. Lo implementó el exministro de Economía Roberto Lavagna para incentivar el uso de la tarjeta de débito (era de 5%) y atravesó todo el kirchnerismo.
La gestión Cambiemos lo quiso focalizar en AUH y jubilados, pero no le dio difusión. Al asumir, Alberto Fernández aumentó montos y poblaciones alcanzadas, como forma de desarmar una canasta de pocos productos básicos "IVA 0" que había lanzado Mauricio Macri en los últimos meses de su gestión.
La economista Mercedes D'Alessandro, exdirectora de Género del Ministerio de Economía y una de las ideólogas del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), comparó el reintegro con aquel programa de ayuda a casi 9 millones de familias que se gestó durante la pandemia y que promovió la bancarización urgente de 4,5 millones que hoy tienen una tarjeta de débito.
D'Alessandro escribió un paper sobre el IFE en Fundar, con un dato oficial que muestra el límite "de uso" del reintegro de IVA. En marzo de 2021, la AFIP contaba que apenas 1,3 millones de personas habían usado el beneficio, sobre un universo potencial de 7,5 millones. Lo usaron apenas 543.000 jubilados, 340.000 pensionados y 473.000 titulares de AUH. La devolución media fue de $ 331, aunque el límite rondaba los $ 1000.
Impacto según ingreso
Hernán Letcher, economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), afirmó: "Es difícil estimar el impacto porque no se puede prever cuánto se va a usar. Estas medidas estaban dirigidas a sectores que hacen menos consumos con tarjeta, pero la extensión a trabajadores y trabajadoras formales va a dar impacto".
Ese impacto será en función de los ingresos de cada persona. Por ejemplo, para un salario mínimo vital y móvil ($ 118.000, este mes) y para un monotributista categoría A, el reintegro de IVA puede sumar un 16% de poder de compra. Para un salario promedio ($ 325.000 en junio, según el Ripte del ministerio de trabajo), añadirá en torno a 5%.
La cifra no se compara con el beneficio de ingresos que obtendrán los trabajadores alcanzados por la suba del piso de Ganancias. Para un salario bruto de $ 800.000, la mejora en el bolsillo será de $ 117.000 mensuales. Por eso, Massa debió pedir que no vayan a comprar dólares.
La ancha avenida del medio
Letcher analizó: "Vemos cuatro segmentos en la clase trabajadora. El 10 o 15% alcanzado por Ganancias, que entraba y salía, tendrá un gran beneficio. Un segundo segmento, con ingresos de entre $ 350.000 y $ 700.000, es el menos beneficiado, porque incluso el bono (dos pagos de $ 30.000) representa un porcentaje menor, en términos de salario.
Un tercer segmento es el de salarios más bajos alcanzados tanto por el bono como con el reintegro de IVA; ahí es donde se nota el mayor impacto. Y en los no registrados, que tienen otra dinámica, los beneficios en los programas Alimentar y Potenciar Trabajo atienden, en buena medida, la problemática".
La consultora Analytica midió el impacto del combo de medidas post devaluación en canastas básicas. En el escenario de máxima, precisó, el Gobierno volcará a la calle 7 millones de canastas básicas individuales (adulto equivalente) del Indec. Sin contar la suba de Ganancias, el esfuerzo fiscal equivaldría a 1,15 puntos del PBI.
Parte de ese gasto podría volver en una mayor formalización de la economía. Se estima que la evasión de IVA ronda el 30% de lo recaudado y se concentra en comercios pequeños en los que, ahora, hay incentivos para pagar con tarjeta de débito.