"Hubiera sido fácil no hacer nada e irse de vacaciones, pero no estoy acá para hacer lo que me queda cómodo a mí", fue la frase del presidente Mauricio Macri para explicar por qué emprendió sobre el fin de año las reformas que se debaten en el Congreso. Y sostuvo que "con un poco menos de 30% de pobres no hay tiempo para especular".
Al hablar este mediodía en conferencia de prensa en la Casa de Gobierno tras el violento ataque al Congreso, los cacerolazos que se vieron en varios barrios porteños y la aprobación de la reforma previsional, Macri buscó contener los reclamos: "Los sigo convocando a todos. Cada uno tiene que poner su granito de arena".
Reclamó en ese sentido no "ensañarse en ratificar errores del pasado". "La política tiene que dar el ejemplo y bajar los gastos. No se puede despilfarrar cuando hay tanta pobreza", aclaró.
Al ser consultado puntualmente sobre el cacerolazo de anoche contra la reforma previsional, el Presidente aclaró que respeta "que haya gente que piense que estas reformas no son buenas".
"Es lógico, sería algo inusual que hubiera unanimidad acerca de reformas tan profundas como las que estamos planteando", evaluó. Y pidió que no se dude "de la intencionalidad, por qué lo estamos proponiendo". "Siento que esto (las medidas) los va a ayudar", remarcó.
En un mensaje directo a quienes se manifestaron en las últimas horas, Macri les pidió que "manifiesten su protesta, su desacuerdo, pero que guarden una ranura para creer que (las reformas) sí funcionan, qué van a ser buenas para ellos también".
"Que no se cierren totalmente a darle la oportunidad. Estas reformas serán solución para los próximos 20 años. Dense una oportunidad", fue el pedido presidencial tras las horas de tensión que se vivieron.