El presidente Alberto Fernándezprometió en campaña que iba a ejecutar una desdolarización de la energía, después de los años de gestión de Mauricio Macri. En parte, cumplió su promesa pero ahora vuelve atrás para conseguir inversiones. El parque de generación de energía termoeléctrica tiene una alta indisponibilidad y las empresas como Enel (Italia), AES, Orazul Energy (Estados Unidos), Pampa Energía, Albanesi y Central Puerto deben realizar mantenimientos mayores de sus unidades "viejas" (sin contrato vigente con el Mercado Mayorista Eléctrico -MEM-) para evitar riesgos de apagones en la Argentina. Por eso, la Secretaría de Energía emitió la Resolución 59/2023, publicada el martes pasado en el Boletín Oficial, que plantea a los titulares de ciclos combinados (generación eficiente) adherir a un "Acuerdo de Disponibilidad de Potencia y Mejora de la Eficiencia". En concreto, la norma dolariza y ajusta automáticamente al tipo de cambio oficial una parte de la remuneración que estaba pesificada desde 2020, a tono con el pedido de los gerentes técnicos y económicos de las empresas. Se pagará el equivalente en pesos al tipo de cambio oficial. Los mantenimientos tienen costos en dólares porque muchas veces necesitan de insumos importados y, según testimonios que recolectó El Cronista de diversas fuentes del sector, "es una tranquilidad" para las empresas contar con este cambio en la forma de pago del Tesoro nacional. No es la primera dolarización de la energía en este Gobierno. El Plan Gas 4 y el Plan Gas 5 reconoce también que las petroleras necesitan ese tipo de "garantía de cambio" para aumentar la producción, importar equipos y lanzar inversiones en Vaca Muerta (Cuenca Neuquina) y otras cuencas del país. Entre 2020 y 2022 el Gobierno obtuvo un ahorro fiscal en subsidios energéticos debido a la baja del costo promedio de la generación gracias a la medida que desdolarizó (pesificó) la remuneración de la energía "vieja" y la desindexó de la inflación. El impacto fue una caída de entre el 30% y el 40% sobre el EBITDA de estas plantas de grandes firmas. Pero precisamente por eso las compañías se quedaron sin fondos y dilataron inversiones prioritarias para mantener en forma esas unidades. Y ante una creciente demanda eléctrica por el repunte de la actividad económica, el sistema evidenció que tiene escasas reservas de potencia frente a eventos de estrés, como una seguidilla de días con calor extremo, como la actual ola de calor en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores. Según los reportes de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), el martes 6 de diciembre de 2022 se rompió el récord histórico de demanda de potencia eléctrica, con 28.283 megavatios (MW) a las 14.43 y una temperatura media en Buenos Aires y el Litoral de 36,9 grados. Ese día la reserva rotante fue de 2036 MW (7% del pico) y el parque térmico tuvo una indisponibilidad de 9074 MW, entre las centrales con mantenimientos programados, limitadas por combustibles o con máquinas fuera de servicio. La potencia instalada en generación termoeléctrica (que pueda funcionar a gas natural, gasoil, fuel oil o carbón mineral) es de 24.850 MW. En esta semana, la indisponibilidad térmica sigue en torno a los 8900 a 9000 MW; es decir que el 36% del total instalado no está disponible para su uso. Algunas de las centrales que necesitan grandes inversiones son Puerto Nuevo, Costanera, Dock Sud, Genelba, Loma La Lata y Luján de Cuyo. Un mantenimiento mayor de extensión de vida útil, cada 20 años, puede costar entre 50 y 60 millones de dólares, dicen ejecutivos del sector. Según supo El Cronista, el Gobierno analiza replicar esta operatoria para turbinas de vapor, turbinas de gas y centrales hidroeléctricas con remuneración pesificada y sin contrato vigente con el sistema. Además, se evalúa técnica y económicamente la contratación de potencia nueva, con una convocatoria a licitación de Power Purchase Agreement (PPA, contratos nuevos) en donde haya capacidad de transporte eléctrico disponible.