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La recuperación de la producción agropecuaria en 2024, con el fin de la sequía y el arribo del fenómeno "El Niño" con lluvias intensas, ayudará a Javier Milei y Luis Caputo a atenuar el ajuste fiscal prometido para el año que viene.
Es que en un escenario ceteris paribus (con todas las variables constantes), el crecimiento del agro implicará un salto de la actividad económica cercano a 1,3 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB); la cosecha de los principales cultivos -soja, maíz y trigo- sumaría unos 13.500 millones de dólares extra, ya que pasaría de u$s 25.148 millones a u$s 38.504 millones; y los ingresos fiscales por recaudación de Derechos de Exportación -retenciones- volverían a rondar los 2 puntos del PIB, mientras que en 2023 representaron solamente 0,8%, según estimó la consultora Ecolatina.
La proyección también apuntó que "mejorarán la condiciones de cosecha de los alimentos frescos y, por ende, su disponibilidad en el mercado, restando presión a una inflación que irremediablemente se acelerará".
El plan económico de Milei prevé un duro ajuste fiscal que elimine no solo el déficit primario sino también el resultado fiscal financiero negativo, lo que serían unos 5 puntos del Producto o el equivalente a más de 25.000 millones de dólares de recorte. Tamaña contracción del gasto público también se verá reflejado en un derrumbe de la actividad en medio de un salto de la inflación y un desplome de los ingresos fiscales, que podría ser compensado en parte con las mejoras en el sector agropecuario.
Agro y energía, pilares de la economía argentina
Otro sector que aportará una salida alternativa al ajuste será el energético, a partir de la sustitución de importaciones de combustibles por la puesta en marcha del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta en agosto pasado.
Se espera que por primera vez desde 2010 la energía arroje un superávit comercial millonario, cuya magnitud sería superior a los u$s 2000 millones, pero dependerá si se concretan obras prioritarias de infraestructura. Una de ellas es la reversión del sentido en el que fluye el gas natural en el Gasoducto Norte, a partir de la construcción de un loop entre La Carlota y Tío Pujio, en Córdoba, que estaría garantizada, y la adaptación de las plantas compresoras hasta Salta.
Según fuentes del nuevo Gobierno, la reversión de las plantas compresoras quedará en stand by puesto que "no hay plata"; la Secretaría de Energía buscará que la obra, que está en pleno proceso de licitación y solo falta la adjudicación, se realice con financiamiento privado, lo que puede demorar varios meses. En concreto, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) aportó u$s 540 millones para el conjunto de tareas, mientras que el Tesoro nacional se tenía que hacer cargo de algo más de u$s 173 millones, según el presupuesto original.
Por eso, el equipo que trabajó en los últimos meses con Eduardo Rodríguez Chirillo tomó las sugerencias de algunos consultores de la industria y empezó a pensar alternativas para evitar que 7 provincias del Norte (Córdoba, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy) tengan serios problemas de abastecimiento de gas natural y energía eléctrica a partir de agosto 2024, cuando se termina la provisión de gas de Bolivia en condición firme (no interrumpible).
Algunas opciones son negociar un swap con Brasil, por el que la Argentina compra gas licuado que se descargue allá y Brasil deriva el gas de Bolivia al norte argentino; o importar gas de Chile, que también compra GNL.