Quería ser gobernadora pero no a cualquier precio. "Puse el 50%", escribió María Eugenia Bielsa en una durísima carta a los dirigentes del PJ de Santa Fe en la que reclamó a parte del peronismo no haber ayudado a la unidad. Según el extenso texto Bielsa pedía también elegir su compañero de fórmula, participar en las estrategias de campaña y definiciones firmes desde el plano nacional contra sus eventuales adversarios. Hasta denunció complicidad entre el PJ y el oficialismo provincial en detrimento de los votantes y los intendentes.


Santa Fe es una de las plazas más peleadas en este año electoral, una de las cinco grandes junto a Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. El socialismo gobierna la provincia y con Miguel Lifschitz, senador provincial y ex intendente de Rosario, podría volver a ganar. Pero competirán ferozmente por los votos Miguel Del Sel desde el PRO, ahora con el radical disidente Jorge Boasso como compañero de fórmula. Sergio Massa también tiene delfines fuertes: Oscar Cachi Martínez y el ex titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, uno de los grandes opositores que tuvo el gobierno de los Kirchner tras la resolución 125 que enfrentó a la Rosada con el campo. Pero además Massa cree que aún puede contar con Carlos Lole Reutemann en el Frente Renovador. Como si fueran pocos adversarios de fuste, también el radical Mario Barletta pelea su porción, arrinconando al Frente para la Victoria en un cuarto o quinto puesto.


Sin Bielsa, difícilmente el Gobierno tenga chances en la provincia de su ahora ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien con traje de precandidato presidencial ha dicho que el peronismo necesitaba un candidato capaz de "enamorar" a los santafesinos y que ese no era él (a la luz de las infructuosas dos últimas elecciones como candidato a gobernador en 2007 y 2011).


Ayer Bielsa, hermana de Rafael (ex canciller) y Marcelo, DT del Olympique de Marsella de la Ligue 1 francesa, oficializó su negativa a ir por la gobernación este año y pateó el tablero. Fue vicegobernadora (2003-2007) y concejal de Rosario (2007-2011). En 2011 fue electa diputada provincial con más de medio millón de votos convirtiéndose en la candidata individual más votada superando, incluso, al gobernador electo Antonio Bonfatti.

Pero a mitad de su mandato renunció a su banca con críticas tan duras contra el gobierno socialista como contra su propio partido. Dijo entonces, en una carta con ribetes similares a la de ayer, que en el tiempo en que fue diputada los 28 diputados provinciales no habían logrado acordar una acción política conjunta y le apuntó a Rossi.
La historia, se repite. "Quería todo", se quejaban ayer en el PJ santafesino. Traducido en la verba de Bielsa de lo que se trataba era de ser gobernadora "sin deberle nada a Rossi, ni a Luis Rubeo (diputado provincial y presidente de la Cámara de Diputados), ni al secretario de Transporte Alejandro Ramos".


A 96 hs de que venza el plazo para la presentación de listas para las PASO del 19 de abril, el anuncio de Bielsa agravó la crisis del peronismo. En la línea de largada esperan, aunque con un futuro menos promisorio, Alejandro Ramos (demostró su fidelidad al kirchnerismo al dejar la intendencia de Granadero Baigorria para asumir la secretaría en el ministerio de Florencio Randazzo); el diputado nacional Omar Perotti y Leandro Bussato (hombre de Rossi), que ya recorren la provincia en plan de campaña.


Entre las razones que esgrimió la dirigente y arquitecta, señaló: "Regalamos la iniciativa", en referencia al rol del PJ desde 2011 hasta la fecha. Y denunció que no quiere volver a vivir lo que vivió cuando ganó: "Un año sometida a la expoliación y al pillaje: ni Presidencia de la Cámara, ni Presidencia de Comisiones, ni la palabra para defender ideas, ni el tratamiento respetuoso hacia mis leales compañeros de bloque, ni la posibilidad de saber en qué se gastaban los cuantiosos recursos de la Cámara con la pretensión de que los avalara con mi firma. De más está decir que no los avalé".


Sobre el flagelo provincial, el narcotráfico, hizo corresponsables a sus compañeros que se "identificaron con la ilusión progresista versión santafesina de la socialemocracia" al avalar "un gobierno sospechado incluso de pactos criminales y donde la cámara de diputados con mayoría justicialista escuchó impá vidamente las denunc ias de madres con hijos muertos por la narco-guerra, dejando pasar a sus responsables silenciosamente".
"¡Que no me pidan que vuelva a presentarme para beneficio de quienes hicieron de la derrota su mejor negocio! Sería darle continuidad al desastre que hoy nos gobierna", concluyó.