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Los subsidios del Estado nacional a los servicios públicos de energía, transporte y agua cayeron en su conjunto un 19,8% en términos reales durante el primer cuatrimestre de 2023, en comparación con el mismo período del año pasado.
Así lo informó el Área "Fiscal y Políticas Públicas" del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) del Conicet y la Universidad de Buenos Aires (UBA), en la que trabajan, entre otros, los especialistas energéticos Julián Rojo y Alejandro Einstoss.
La reducción en los subsidios en los primeros cuatro meses del año se explica por una baja real en las subvenciones a la energía (electricidad y gas) del 25% interanual y al agua del 26,9% real interanual. El rubro transporte, en cambio, requirió un aumento de 1,9% real interanual en la ayuda estatal.
La suma de estos rubros llega a $ 854.676 millones en lo que va del año y equivale al 0,6% del Producto Interno Bruto (PIB) que proyectan el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para todo 2023. La meta fiscal del acuerdo, que hoy está en revisión por los efectos de la sequía, implica que las transferencias a este fin se limiten al 2% del PIB o unos $ 3,1 billones, de los cuales la energía demandaría $ 2,3 billones.
Quita de subsidios y aumentos de tarifas
El cuadro se configuró tras la quita completa de los subsidios al gas natural por redes para los hogares de altos ingresos (Nivel 1 de la segmentación de tarifas), que ocurrió en marzo; para el agua, la segmentación fue por etapas desde noviembre a marzo; mientras que en el transporte hay incrementos mensuales para todos los pasajeros, en línea con la inflación.
El gasto público en subsidios representó el equivalente a 0,6% del PIB. El acuerdo con el FMI estira el margen hasta el 2% en todo 2023
Se espera que en el invierno la disminución en los subsidios sea mayor aún, por la eliminación de la ayuda de Nación a un tercio de los hogares catalogados "N1" para las boletas de luz, que rige a partir de mayo, así como por la retracción en los precios internacionales del gas licuado (GNL), que pesa sobre las cadenas de valor de la luz y el gas.
La contracara de esta situación tiene aumentos en las facturas eléctricas que llegarán hasta el 100% en el caso de los hogares de altos ingresos de la Ciudad y el Gran Buenos Aires en relación a los valores vigentes hasta abril y solo contabilizando el traslado del costo mayorista a las tarifas, sin incluir el margen de la distribución, que también se incrementa entre abril y junio.
El reporte de tarifas y subsidios que elaboraron especialistas de la UBA y el Conicet destaca que "la factura promedio del servicio de gas natural por redes para un usuario N1 del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ocupó el 1,1% del salario promedio en marzo, mientras que para los niveles N2 y N3 fue del 0,54% y 0,61% respectivamente", mientras que el agregado de servicios energéticos (energía eléctrica y gas natural) representa 3,1%, 1,3% y 1,6% respectivamente.
Entre enero de 2019 y agosto de 2022 hubo una baja real en las tarifas del 59%. Desde entonces, con la segmentación, se vio una suba del 25%
Así ocurre que en este mes "un hogar en Uruguay pagará 5,5 veces más por su factura de gas que una familia argentina del AMBA categoría R1 de consumo, mientras en Brasil y Chile se paga 4,6 y 4 veces más, respectivamente".
Entre enero de 2019 y agosto de 2022 la tarifa residencial para un consumo promedio de la categoría R1 se redujo 59% en términos reales. A partir de entonces, cuando comenzó la segmentación, y hasta febrero de 2023, hubo una recomposición real del 25%.