Aquella frase de campaña previa a las elecciones PASO, que instaba a "poner plata en el bolsillo de los consumidores", finalmente se hará realidad a partir de octubre, a raíz del acuerdo alcanzado por cámaras empresarias y sindicatos, convocados por el Ministerio de Producción y Trabajo.
Se espera que hoy se publique en el Boletín Oficial el DNU que establece el pago de una asignación obligatoria de $ 5000, de carácter no remunerativo y que se tomará a cuenta de recomposiciones futuras en el marco de la revisión de paritarias.
Pero lo cierto es que todavía no está claro cómo lo pagarán las empresas, muchas de las cuales, en especial pymes, aducen serias dificultades para cumplir con el pago.
Carrefour rompió el fuego entrada la tarde, al anunciar que abonaría el extra con los salarios de septiembre, en tanto que una empresa líder del sector papelero también confirmó que pagará lo acordado, en línea con la política usual de otorgar un bono a fin de año.
Otras grandes empresas aún están evaluando qué harán, a la espera de conocer la letra chica del decreto, que de todas maneras, no se presume que esconda sorpresas respecto de lo que ya se conoce de la medida. Desde FEHGRA (hoteles y gastronomía) cuestionaron la obligatoriedad del bono en un contexto de "grave situación del sector".
"Es muy prematuro decir qué van a hacer las empresas, porque la mayoría no conoce todavía el texto del decreto", señaló Daniel Funes de Rioja, titular de Copal (alimentos y bebidas). Y agregó que esto "va a requerir de unos cuantos días, es un proceso en el que se requiere que las empresas se sienten con los sindicatos".
Ésta parece ser la clave de lo que viene ahora. Al ponerse sobre la mesa el tema del bono y conscientes de la necesidad de recomponer, de cierta manera, los ingresos de los trabajadores tras la disparada inflacionaria post PASO, las empresas pidieron dos cosas: que se tome a cuenta de futuros aumentos o de algún impuesto, y que pueda pagarse en cuotas.
La negativa del Gobierno a que la medida tenga costo fiscal, un ladrillo más en la pared que se hubiera sumado a los casi $ 70.000 millones del paquete de incentivos al consumo que el Gobierno lanzó tras las PASO, definió los límites del bono. Será a cuenta de aumentos futuros, acordados en revisión de paritarias. Y las cuotas, a negociar caso por caso, aunque el DNU dirá que es en un solo pago.
Fuentes de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) y de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) indicaron que propondrán el "pago en cinco cuotas", una iniciativa que no es lo que esperaba el sindicato pero que estaría dispuesto a aceptar en esta difícil coyuntura.
Esta misma semana habrá un encuentro entre empresas y trabajadores para avanzar en el tema. "Lo que se va a discutir son plazos, condiciones y cuotas, es decir, la modalidad de pago", dijo una fuente de la CAC.
Para Ricardo Diab, vicepresidente 2° de CAME, "este acuerdo es viable", pero reconoció que la situación "es muy compleja para las empresas en problemas que están por cerrar".
En la industria de la construcción, también reconocen que "los $ 5000 estarán dentro de la recomposición que tenemos pactada en la revisión periódica del acuerdo alcanzado en paritarias". Parece haber un principio de acuerdo con el sindicato sobre este punto.
Pero el tema más complejo, sin embargo, es que la propia dinámica de la actividad no discrimina entre grandes empresas y pymes, como sí ocurre en otros sectores industriales.
"En la construcción trabajamos por contrato y no por la demanda del mercado. Si los pagos del contrato están ralentizados, aunque se trate de empresas grandes, hay dificultades para pagar", explicó una fuente que conoce bien el sector.