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Lucille "Lula" Levy tiene solo 29 años, dos títulos de grado en su haber y una intensa trayectoria en la política universitaria que la animó a competir por primera vez por un cargo legislativo bajo el sello de Evolución, el ala del radicalismo que se referencia en el senador y jefe radical Martín Lousteau.
En diálogo con El Cronista, esquivó los cruces directos con sus contrincantes del próximo domingo y dijo que prefiere centrarse en la discusión de prioridades "de las que no se está hablando". Sus propuestas para la Legislatura, las críticas a la política educativa en el distrito y el debate instalado sobre la limpieza en la Ciudad.
- ¿A qué apuesta en este último tramo de campaña?
- Vamos a estar recorriendo cada barrio de la ciudad, no solo para transmitir nuestras propuestas, sino también para seguir sumando las que surgen del diálogo con los vecinos, que muchas veces son las más valiosas. Hay mucho compromiso de nuestra parte, no solo con las ideas que llevamos, sino también con el desafío de que la gente nos conozca. Es la primera vez que me presento como candidata a nivel Ciudad, y en un escenario con candidatos que tienen mucho más nivel de conocimiento público -desde voceros presidenciales hasta diputados nacionales-, eso se vuelve un objetivo clave. Tenemos una lista joven, con un promedio de 29 años. De hecho, yo tengo 29 también.
- ¿Siente que se confunde un poco esta campaña con una de carácter ejecutivo? ¿Cuesta instalar propuestas legislativas?
-Sin dudas. Hay mucho desconocimiento sobre lo que se vota. Esta elección se nacionalizó, lamentablemente, y eso desvió el foco de los temas que realmente importan en la Ciudad. En nuestras recorridas, explicamos no solo nuestras propuestas, sino también qué se vota, qué competencias tiene la Legislatura y qué corresponde al Ejecutivo. Incluso hablamos con muchos adultos mayores sobre el sistema de votación electrónica. Para nosotros es importante que el vecino entienda cómo se construye la política pública desde la Legislatura.
- Es su primera experiencia política electoral, ¿qué le sorprendió al meterse en esta campaña tan nacionalizada?
-Lo que más me impactó es cómo el foco de la política está completamente corrido. Hay una desconexión enorme entre lo que la gente vive y lo que discute el arco político. La sociedad está harta de discursos vacíos, de peleas de poder que no resuelven nada. Esa indignación, sin embargo, cuando uno se mete, se transforma en esperanza, en fuerza. El año pasado, junto a muchos compañeros y con apoyo de la sociedad, organizamos una gran marcha en defensa de la universidad pública. Fue una muestra de compromiso y de trabajo colectivo. Eso es lo que hoy queremos trasladar a la ciudad: una forma distinta de hacer política.
- ¿Y con qué propuestas concretas están caminando la ciudad? ¿Cómo es la recepción al perfil joven que representan?
-La recepción es muy buena. Mucha gente pide una renovación política. Nuestra generación se siente identificada con nuestras propuestas. Por ejemplo, el tema alquiler: yo también alquilo, y sabemos que no es solo el precio del alquiler, son las expensas, el ABL, todo. Proponemos eximir del ABL a quienes pagan un alquiler por debajo del millón de pesos. Es una medida concreta para aliviar el bolsillo.
- ¿Y en educación?
-En materia educativa, llevamos un proyecto integral. La Ciudad de Buenos Aires es el único distrito del país que no tiene una ley de educación. ¿Cómo puede ser? Necesitamos devolverle sentido e identidad a la escuela. Hoy, la escuela asume un montón de tareas que no le corresponden. Muchas veces se culpa al docente, cuando en realidad hay una ausencia de políticas públicas. Nuestra ley propone sala de 3 obligatoria, para reducir la desigualdad entre el norte y el sur de la ciudad. También contempla un plus salarial para docentes, orientación vocacional en el último año del secundario, una bolsa de empleo digital para vincular a estudiantes con empresas, y equipos interdisciplinarios en cada escuela. No puede ser que un profesor de matemática tenga que hacerse cargo de una situación social compleja que debería atender un psicopedagogo o un trabajador social. El aprendizaje se ve afectado si no se aborda esa realidad con equipos adecuados.
- ¿Por qué piensa que no existe hoy esa ley educativa en la Ciudad?
-Creo que no hay voluntad política. No es algo marketinero. Es más fácil anunciar medidas superficiales a dos meses de la elección que plantear una reforma profunda. Y eso marca una falta total de prioridad en algo tan fundamental como la educación.
- ¿Cómo vivió la contienda con el resto de los candidatos? ¿Siente que hay espacio para propuestas como la suya en este contexto tan polarizado?
-Sí, aunque es difícil. Ellos se hablan entre ellos, están más enfocados en cuánto mide cada uno o qué alianzas pueden armar de acá al 2027. Nosotros elegimos aprovechar la campaña para hablar de temas que no están en agenda, como educación o alquileres. La ciudad es hermosa, es verdad, pero se deteriora día a día: crece la inseguridad, los problemas de limpieza son enormes. ¡Increíble que la basura sea tema central en una campaña! Pero bueno, ahí también proponemos: que cada vecino pueda evaluar cada cuatro años a la empresa de recolección de residuos. Si cumple, que siga. Si no, que se busque otra.
- Eso no es directamente competencia legislativa, pero está claramente instalado en la campaña...
-Exacto. Y por eso lo abordamos desde donde podemos. Lo mismo con otras propuestas: si otra fuerza política presenta un buen proyecto, nosotros lo vamos a acompañar. No venimos a hacer oposición por deporte. Venimos a sumar. Lo que no puede pasar es que las disputas partidarias se lleven puesta a la gente. Lo vimos con lo que pasó con la Ley Bases o con la situación de la Oficina Anticorrupción. Hay una decepción enorme. Prometieron transparencia, pero siguen las mismas lógicas de poder.
- La escuché en debates también marcando posiciones muy firmes, por ejemplo, con respecto al conflicto en Medio Oriente. ¿Cómo le impactó eso a nivel personal?
-Soy judía, y con mucho orgullo. Es parte de mi cultura, de mi identidad. Me formé en instituciones de la colectividad. En los debates, cuando escuché reivindicaciones a Hamas, me sentí en la obligación de intervenir. No se puede justificar el terrorismo. Y más allá de eso, en redes sociales recibo permanentemente insultos antisemitas, mensajes de odio. Es una locura. Y eso también viene habilitado por sectores políticos que fomentan un lenguaje agresivo. No queda en un tuit: se transforma en amenazas reales. Y no hay reacción del sistema político. Nosotros creemos en otra forma de construir.
Cómo fue el cierre de campaña
Lula Levy cerró este miércoles su campaña en el teatro Vorterix del barrio de Colegiales con un evento que contó con la participación de vecinos y una puesta en escena con la imagen de los otros candidatos plasmada en "planetas" que colgaban del techo, para representar su lejanía con los problemas que afectan a la Ciudad.
"Así nos gobiernan, como si vivieran en otro planeta. Están a millones de kilómetros de nuestros problemas. Por eso, esta elección es una oportunidad para dejar atrás la vieja política y abrir paso a una nueva generación, que viva en la misma ciudad que ustedes y quiera transformarla", expresó Lula al comienzo del acto, rodeada de "planetas" con los rostros de Leandro Santoro, Silvia Lospennato, Manuel Adorni y Horacio Rodríguez Larreta.