"No es que la ciudad sea culpable de nada. Pero Olavarría es una ciudad que se ha caracterizado en gran medida por mirar al costado en estas situaciones relacionadas con la dictadura". El que habla es Ignacio Hurban, quien pocas semanas atrás se enteró que su verdadero nombre es Guido Carlotto, nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
Todavía no tiene definido que nombre usará, pero prefiere que por ahora se lo siga llamando Ignacio.
En una entrevista al diario El Popular de Olavarría, 'Pacho' como lo llaman sus amigos sostuvo que el silencio que permitió ocultar los crimenes de la dictadura "no es sólo una responsabilidad militar, sino que hay una enorme responsabilidad civil, una gran complicidad de los medios que en su momento no informaron ni investigaron nada, sólo dijeron cualquier basura".
"Hay gente en Olavarría que va a tener que explicar muchas cosas", dice. Y es duro con las complicidades.
Sin embargo, aseguró que la dictadura no pudo apropiarse de nada de su historia: "No se apropiaron de nada. La prueba está en el amor que hay entre los Carlotto y ahora yo me meto en esa marea de amor de los Montoya y eso muestra que no se apropiaron de nada".
"Han suspendido una verdad durante un tiempo. Yo fui y de hecho soy el músico que era mi papá y que era mi abuelo paterno, y soy hasta el orador que era mi mamá. Entonces no hemos perdido nada", enfatizó.
Respecto al empresario de apellido Aguilar, quien lo habría entregado a sus padres, sostuvo: "La relación que tuve no era ni mala ni buena, no era nada".
Al ser consultado repecto a la posibilidad que adopte el nombre que eligieron para el sus padres de sangre, aclaró que todavía tiene que "tomar esa decisión".
"Estamos ahí. Hay una posibilidad de que sea así. Todavía tengo que tomar esa decisión. Y el apellido sí lo tengo que cambiar. Es público y es legalmente así. Pero la identidad no tiene que ver con el apellido o con el nombre. Es cómo uno reacciona ante las cosas. Es un poco más profundo que simplemente el nombre", apuntó.