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La oposición pudo festejar el miércoles por la noche al haber llevado al oficialismo a establecer un diálogo inédito desde el inicio de la gestión de Alberto Fernández. Cediendo desde sus posiciones originales, Juntos por el Cambio (JxC) y el Frente de Todos (FDT) acordaron un mecanismo para evitar el default.
Solo hubo un tiempo comparable a esta semana. Fue cuando arreció la pandemia, y el Presidente se presentaba ante la opinión publica junto al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y al gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Por entonces, la imagen presidencial rozaba el 80% y la población seguía con expectativas las primeras noticias del Covid-19.
Pero ese gobierno fortalecido ya no volvió a repetirse y, más bien, el diálogo que encaró con la oposición es producto de varias debilidades internas, ya que buena parte del FDT no está dispuesto a votar el acuerdo con el FMI y se debate entre rechazarlo o abstenerse, por lo que requiere en forma imprescindible los votos opositores. La oposición, por tanto, siente que capitalizó la debilidad oficialista y quedó liberada para cargar a futuro contra el programa económico acordado.
En el plenario de comisiones de Presupuesto y Hacienda y Finanzas que sesionó hasta la noche del miércoles -mientras el diputado Carlos Heller exploraba alternativas que conformen a los sectores más díscolos del kirchnerismo- no hubo diputado cambiemita que se haya negado a firmar el dictamen que será debatido este jueves en el recinto en sesión especial. Apenas cuatro que no alcanzaron a firmar -Gerardo Milman, Graciela Ocaña, Omar De Marchi y Federico Angelini- pero debido a estar ausentes. Consultados, ratificaron su aval a lo que se someterá a votación en el recinto.
Ruido cambiemita
La negociación, sin embargo, dejó heridos en el camino. No existe un pleno acuerdo al interior de JxC. Durante una reunión de la mesa nacional, realizada después de firmarse el dictamen del proyecto por tratarse en Diputados, se expresaron algunas disidencias por la manera en que algunos dirigentes se expresaron en relación al Gobierno.
Cara a cara, los líderes cambiemitas lanzaron reproches al presidente de la UCR y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, porque su comparecencia en Diputados en favor del acuerdo negociado por el Ejecutivo "no contribuía a la unidad". El dirigente ucerreísta, ya lanzado a la presidencia en 2023, había lanzado un mensaje "antigrieta".
También hubo comentarios contra la fundadora de la Coalición Cívica (CC), Elisa Carrió, por haber presuntamente intervenido en el debate con una conversación directa con Alberto Fernández, lo cual molestó a la dirigencia opositora. Sin embargo, en su espacio negaron enfáticamente ese dialogo, y la portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, dijo desconocer si efectivamente existió el contacto.
Una fuente de Casa Rosada precisó que "otros funcionarios de la Casa Rosada hablaron con diputados de la CC". Aludió, por ejemplo, a un diálogo entre el jefe de asesores Juan Manuel Olmos con la diputada Paula Oliveto, sobre aspectos jurídicos de la nueva redacción que se estaba acordando.