El sueño del acceso al dólar: el Gobierno y una previsión que recuerda a una frase que marcó a Mauricio Macri

¿Cómo llegar con los dólares hasta el final del mandato o cómo llegar al final del mandato sin dólares? La situación de las reservas hoy es tan compleja que el límite que hay entre esas dos variables es casi invisible. El Gobierno convive con la gran incógnita respecto de cómo estirar las divisas lo más posible, pero la realidad pareciera llevarlo hacia otro plano, más delicado, y lo obliga a pensar en un escenario de escasez furiosa. Sin ir más lejos, el lunes el Banco Central arrancó la semana con ventas por u$s 150 millones, y tan solo en los primeros días de noviembre vio cómo se le escapaban nada menos que u$s 390 millones. Según analistas esto tiene que ver con que todavía hay dólares que se deben utilizar para pagar importaciones de energía que se realizaron durante el invierno, pero los números asustan. En medio de esto, quienes siguen con atención estos movimientos son los industriales. Desde hace tiempo reclaman mayor acceso a dólares para importar insumos para producir, pero los cuellos de botella se siguen dando. Y a ellos se les deben sumar los sectores que viven más estrictamente de las importaciones, o aquellos como el turismo que ven acotadas sus ventas al exterior por el encarecimiento del dólar turista. Todos ellos deberán saber que, si no se arman de paciencia o toman algún tranquilizante, la van a pasar mal. El Gobierno lejos está realmente lejos de ver alguna opción de aflojar alguno de los cepos o abrir aunque sea un poco la canilla importadora. El ala económica, incluso, se anima a repetir una de las frases menos felices del expresidente Mauricio Macri cuando llega el momento de hablar sobre expectativas de un cambio de situación. "En el segundo semestre de 2023", sostienen, el mismo lapso que el exmandatario ponía como horizonte a la hora de hablar de la llegada de la mejora de la economía. Es decir: la expectativa oficial es que, de mínima, los cepos y las restricciones se mantengan casi a las elecciones. "A menos que la necesidad electoral sea tan grande que se deban empezar a desatar algunos de los nudos que hoy existen", reconocen algunas fuentes oficiales. La gran incógnita de los industriales ante este panorama es cómo llegar al segundo semestre del año que viene. Ya hay automotrices que frenaron parte de su producción en algún momento, en tanto que otras industrias como los fabricantes de celulares y televisores de Tierra del Fuego dicen que, en algunos casos y dependiendo de cada producto, trabajan al 50% de sus posibilidades ante la falta de insumos importados para producir. El mismo panorama se repite en las industrias en general. Quienes no aplicaron ya algún retoque a sus esquemas de turnos o producción, al menos siente cada vez más de cerca los efectos adversos de la falta de insumos. Del lado del Gobierno no desconocen la problemática pero, puertas afuera, se agarran fuerte de los últimos números que difundió el Indec y que todavía muestran signos positivos. Según esos registros, "la economía argentina continúa sosteniendo el nivel de actividad", y "los datos del segundo trimestre del Producto Interno Bruto (PIB), que se expandió por cuarto trimestre consecutivo y creció 6,9% respecto al mismo periodo de 2021 y 5,7% respecto a 2019". Para la industria esos números ya quedan rezagados si se los compara con la actualidad. "La falta de insumos se hace sentir. Y las necesidades son ahora. Hablar de segundo semestre del año que viene es mandar a la quiebra a muchas empresas", afirmó un empresario.

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La industria reclama mayor disponibilidad de dólares para importar insumos para producir, pero todo lleva a cuentagotas. Cuánto podría faltar para que se comiencen a ver algunas mejoras.

Matías Bonelli

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