

Tras el feriado largo, la sala I de la Cámara Federal definirá el futuro de la denuncia por encubrimiento que el fiscal Alberto Nisman presentó contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros funcionarios. Se trata del expediente que se negó a abrir el juez de primera instancia Daniel Rafecas, y en el que el ex titular de la causa AMIA apuntó contra la presidenta, el canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés Larroque y los dirigentes Luis D Elía y Fernando Esteche por presunto encubrimiento a Irán en las negociaciones que derivaron en el memorándum de entendimiento que aprobó el Congreso de la Nación.
Se espera una decisión para el jueves, cuando se reúnan los tres camaristas, Eduardo Farah, Eduardo Freiler y Jorge Ballestero. La expectativa gira en torno a saber si validarán la denuncia de Nisman o si optarán por cerrar el caso en sintonía con Rafecas, quien el 26 de febrero entendió que no existían elementos de prueba para confirmar lo que Nisman había denominado como "plan criminal". La decisión de Rafecas fue apelada una semana después por el fiscal Gerardo Pollicita. Posteriormente, fue el fiscal de Cámara Germán Moldes quien ratificó el pedido de Pollicita y elevó el caso a los jueces de la Sala I.
En el Gobierno existe confianza de que la Cámara va a desestimar la denuncia. Esas esperanzas se fundan en que tanto Freiler como Ballestero se inclinarían por ese camino, mientras que Farah optaría por mantener la presentación del fiscal. Pero no descartan eventuales sorpresas y comparan el caso con el fallo del mes pasado en que la misma sala ratificó el procesamiento del vicepresidente Amado Boudou por el caso Ciccone. En esa causa también se especulaba con que los camaristas revocarían la resolución del juez Ariel Lijo, pero finalmente terminaron confirmándola y dejando a Boudou a las puertas del juicio oral y público.
La Cámara, el año pasado, declaró inconstitucional el acuerdo con Irán por el atentado a la AMIA que en 1994 dejó 85 muertos y cientos de heridos. El principal sustento de la denuncia de Nisman tenía que ver con las escuchas telefónicas realizadas por la Secretaría de Inteligencia. Las mismas fueron relativizadas por Rafecas, para quien no había pruebas para acusar a algún funcionario.
Nisman había presentado su denuncia el 14 de enero, durante la feria judicial, y cuatro días antes de aparecer muerto en su departamento con un disparo en la cabeza, causa que todavía no fue resuelta y en la que no existe todavía ningún detenido. La misma constaba de casi 300 fojas, miles de horas de escuchas, e incluía además de los funcionarios y los dirigentes citados, al ex juez y ex fiscal Héctor Yrimia y al presunto espía de la ex SIDE Ramón Allan Bogado.













