Si bien la Argentina enfrenta desafíos internos significativos, los problemas del comercio global en un escenario marcado por la "guerra de aranceles" entre Estados Unidos y China, ejercen más presión sobre la economía: inflación, dólar, consumo y precio de commodities. Mientras el gobierno busca resolver el desequilibrio que generó en los últimos días la finalización de las LEFIs que se tradujo en un incremento de la base monetaria en $ 10 billones entre el 8 y el 10 de julio, el contexto global agrega volatilidad. Las declaraciones de Donald Trump sobre aranceles y el fallo en contra de Argentina por YPF generaron volatilidad la semana pasada. "Aunque el dólar se estabilizó un poco después de un buen dato de inflación (menos del 2% mensual), el riesgo país subió y el Merval (acciones) cayó", explicó Manuel Zapata, analista del Mercado Argentino de Valores (MAV). Respecto a la "suerte" de la divisa norteamericana un reciente sondeo de economistas del Financial Times revela amplia preocupación por la sostenibilidad fiscal de EE.UU. bajo la presidencia de Donald Trump y su política de aranceles. "Las políticas fiscales expansivas y constantes ataques a la Reserva Federal ponen en riesgo la estabilidad del dólar como activo refugio, lo que podría generar aumentos en los costos de endeudamiento de EEUU y una pérdida relativa de confianza internacional en activos denominados en dólares", analizó Eduardo Levy Yeyati. Otro de las preocupaciones que ha desatado el escenario global es el alza en fletes internacionales; el salto en la tarifaen las principales rutas marítimas globales mantiene en alerta a exportadores, importadores y operadores logísticos de la región. En junio de 2025, el valor unitario del flete internacional alcanzó los u$s83,7 por tonelada, un 17,4% más que en junio de 2024, según datos del Indec. Las principales zonas de origen -China, Mercosur, USMCA y Unión Europea- concentraron el 77,9% del total, destacándose el Mercosur con una participación del 32,6% y una suba del 23,2% interanual. Mientras el flete desde China cayó 14,6%, desde la Unión Europea se disparó un 76,9%, destacaron desde Big Global. Este último incremento responde al encarecimiento de los seguros marítimos tras las tensiones entre Israel e Irán, lo que obligó a redirigir rutas comerciales fuera del Canal de Suez, elevando significativamente los costos logísticos. Por el contrario, la reducción desde China se explica por la normalización de sus cadenas logísticas tras los cuellos de botella de 2021-2022, lo que permitió recuperar eficiencia y competitividad en las operaciones de transporte. "Estos datos confirman que los conflictos geopolíticos y la reorganización de rutas comerciales globales inciden directamente sobre los costos del comercio exterior, afectando de manera concreta la competitividad de economías como la argentina", explicó Marisa Bircher, Ceo de Big Global y ex Secretaria de Comercio Exterior de la Nación. Además, por las tensiones en la guerra de Medio Oriente junio concentró anuncios de aumentos de 5% en el precio de Combustibles. Aunque las disrupcions en el comercio internacional se han suavizado, persisten dificultades en las cadenas de suministro globales con mayor congestión portuaria y escasez de componentes. Sin embargo, pese a que esto eleva el precio de los importados, el contexto local no está permitiendo que se trasladen todos los costos a precios. Del otro lado, la proyección de desaceleración del crecimiento económico mundial que se estima en 2,4 % en 2025, frente al 2,9 % de 2024, afecta el ritmo el consumo global y el nivel de exportaciones, un rubro clave para el modelo económico que depende en gran medida de los dólares que ingresa el agro. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por ejemplo, revisó su pronóstico a la baja de un 3,3% en enero a 2,8% para el 2025 mientras que el Banco Mundial también prevé un crecimiento moderado de 2,4% en el año que corre. Entre los distintos frentes externos que afectan la economía local, sobresale el precio internacional de los commodities, particularmente la soja, en un momento clave para la recaudación oficial ya que el sector agroindustrial anticipó ventas antes que finalice la baja temporal de retenciones. Según LCG, pese al "shock de liquidaciones" del agro en junio y julio junto a la sensación generalizada de que las cuentas externas no cierran, la mala noticia que significó no haber conseguido el upgrade de calificación por parte del MSCI, el fallo de Prieska y el comentario del JP Morgan sobre la pausa en el carry trade, todo esto "podría presagiar un dólar más alto a comienzos de agosto". En el sector agropecuario, actualmente la mirada está puesta en la "safrinha", la cosecha de maíz en Brasil que será la más grande de su historia, proyectando más de 104 millones de toneladas. Sin embargo, avanza a ritmo lenta, entorno al 42% frente al 75% del año pasado a esta altura. "Esto significa que esas enormes cantidades de maíz aún no llegaron al mercado, manteniendo los precios altos en Brasil", explicó Matías Contardi de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). "El maíz brasileño está en su punto más caro de los últimos 8 años, incluso con el maíz argentino ofreciéndose con un descuento de 10 dólares FOB", dijo y explicó que esta situación le da una gran ventaja competitiva al maíz argentino. "Con Brasil consumiendo más y exportando menos, Argentina se posiciona como el principal exportador de maíz en Sudamérica, lo que impulsa los precios y la demanda en el mercado local", agregó. En el caso delaceite de soja va a buen ritmo de exportación, pero la harina de soja (el principal producto de exportación argentino) viene un poco más lenta, por demoras en la cosecha y plantas inactivas. Sin embargo, existe gran interés en el poroto de soja, con 8 millones de toneladas registradas para exportación (casi el doble de lo esperado inicialmente), lo que abre una ventana interesante, sobre todo por la "pelea" comercial entre China y Estados Unidos. Las expectativas para la cosecha 2025-2026 de trigo son muy buenas debido a condiciones hídricas óptimas y una gran superficie sembrada (6,9 millones de hectáreas). Aun así, el economista de la BCR advirtió que la demanda internacional ha bajado, especialmente por parte de China. Esto hace que el programa exportador de la campaña actual (24-25) venga lento y se proyecte un gran stock de trigo para la próxima cosecha, lo que presiona a la baja los precios, repasó. Más allá de los datos de producción local, los analistas del agro señalan que hay que estar atentos al clima en Estados Unidos (clave para el maíz y la soja) y a cualquier novedad sobre la guerra comercial entre Trump y China, que "podría mover el mercado". El impacto del combo de inestabilidad internacional y ruidos internos se refleja en la última actualización del riesgo paísque subió a 770 puntos y se traduce en una barrear para el acceso al crédito internacional, algo que limita la capacidad del Gobierno y las empresas para obtener financiamiento ya sea para invertir o reestructurar deuda.