Con niveles de endeudamiento y morosidad al alza, la expectativa para la recuperación del consumo está centrada en el crédito. El consumo masivo mira con expectativas la recuperación salarial, aunque no hay garantías de que se llegue a ese escenario. La baja de la tasa de interés que se dio tras las elecciones legislativas dio un respiro al costo del financiamiento y sembró expectativas sobre la recuperación del crédito, que se había visto golpeado por su encarecimiento. Para que esta recuperación se traslade al consumo deben darse otros factores. Incluso si ocurren, el consumo no anticipa una recuperación sólida y constante. Un punto que puede condicionar el impulso de las tasas es el nivel de endeudamiento de las familias. “El ratio entre pagos de servicios de la deuda de la familia sobre masa salarial privada registrada está más alto que nunca”, explicó Federico Sánchez, director ejecutivo de Vectorial. Esto da indicios de que la capacidad de endeudamiento de las familias está al límite, considero, “por lo menos de las que perciben ingresos registrados del sector privado”. En el caso del sector público, el deterioro de los ingresos fue más pronunciado, mientras que en el caso de los informales el financiamiento se da a través de proveedores no financieros de créditos con tasas más altas que las bancarias. “Por el lado del endeudamiento de la familia, el endeudamiento parece estar al límite”, agregó Sánchez. La baja de tasas puede facilitar el repago del stock de la deuda acumulada por las familias, “pero tampoco es que van a desembarazarse rápidamente”, subrayó Sánchez porque suma el factor del peso de otros gastos y el margen de ingreso disponible que le queda a las familias. En agosto, el ingreso disponible de los asalariados estaba 24 puntos por debajo del nivel registrado en noviembre de 2023, también según Vectorial. La recuperación de las cuotas a costos más accesibles o incluso sin interés podría asistir a agilizar algunos segmentos de consumo, pero también persisten dudas. Un ejemplo es el segmento de electrodomésticos, que desaceleró significativamente su recuperación respecto de los niveles que registraba en 2024. Según INDEC, las ventas de electrodomésticos en junio aumentaron un 42% interanual, recortando a un tercio las subas que se vieron en el primer trimestre del año. “Esto estaría demostrando que se alcanza ese límite, incluso para frente a la posibilidad de cuotas sin interés, porque en electrodomésticos es donde se da esa esa mixtura donde confluyen tanto los de ingresos bajos como los de ingresos altos, que es distinto al mercado de los inmuebles”. En el caso del consumo masivo, las consultoras ven una recuperación que no alcanzaría a compensar las caídas registradas en 2024. “En términos de consumo, el acumulado del año es 1,8% positivo. Es difícil decir ‘creciendo’, hay que tener en cuenta que venís de un -14% del año pasado, es una recuperación lenta, muy lenta. Pero a partir de marzo de este año empezaron a verse números positivos”, explicó Leonardo Alaniz, director ejecutivo de Scentia. Para el cierre del año esperan una suba de poco más de 2%. Los que empujarán el consumo son los hogares de la base de la pirámide, es por eso que entienden que se dará por una recuperación del poder adquisitivo y el salario real. “Si bien hay una ligera recuperación, es muy dispar. Hay sectores que están más atrasados, fundamentalmente los más vulnerables, por la recuperación del ingreso y también por la presión de gastos inelásticos, como los servicios y el transporte”, agregó Alaniz. Desde el consumo masivo esperan que se dé una mejora del poder adquisitivo, en especial en los sectores que se vieron más golpeados durante 2025. Este sería el driver para que el sector recupere dinamismo, aunque confían en que será de manera lenta. “Por supuesto que puede haber una reactivación producto de una baja de las tasas de interés y de algún tipo de incentivo a el ofrecimiento por parte de las entidades financieras y de las cadenas comerciales de compras en cuotas sin interés, pero todo indica que podría ser lentísimo y así todo hay que ver”, aportó Sánchez. Por el lado del salario las expectativas todavía son poco optimistas. Según relevó la consultora CP, entre mayo y noviembre de 2024, la mayoría de los acuerdos de paritarias contenían subas por encima de la inflación. Entre enero y marzo del 2025, solo el 20% de los acuerdos lo hacían, mientras que entre abril y agosto este número trepó al 30%. “Esta situación generalizada muestra importantes tensiones en la política salarial y el límite concreto a la recuperación de los salarios reales a nivel sectorial. Los últimos datos sugieren que las paritarias empiezan a perder terreno y que afectan poco a los trabajadores de altos ingresos”, agregaron.