

Las elecciones de septiembre -además de definir buena parte del panorama político de la Provincia de Buenos Aires- serán una pulseada por el poder territorial que enfrentarán los intendentesde todos los colores políticos que, en muchos casos, se traduce como una puesta en juego de su propia gobernabilidad.
Tradicionalmente, los jefes comunales bonaerenses -en especial los "barones" del conurbano- han sido decisivos para hacer política y ganar elecciones. En esta oportunidad, muchos actores del peronismo señalan que fue un grupo de intendentes el que empujó al gobernador Axel Kicillof a inclinarse por el desdoblamiento electoral.
Ahora se espera que esos 50 dirigentes sean los que encabecen la campaña para evitar que"la motosierra de Javier Milei entre en la provincia".
En principio, es claro que lucharán primero por su patria chica. Ese panorama se registra con inusual crudeza en la Tercera Sección Electoral, una de las dos más influyentes, con poco más de 4,6 millones de electores habilitados de cara a septiembre. La centralidad de ese espacio es tal que la propia Cristina Fernández de Kirchner había anunciado su candidatura para ser diputada por ese territorio tan sólo unos días antes de su detención.
Además de elegirse a los representantes para la Cámara baja provincial, cada uno de los 19 municipios tendrá su propia batalla interna, en la que los intendentes se disputan el control de los "deliberativos" con los eventuales aliados y con los rivales de turno.
En una sección que está conducida mayoritariamente por jefes comunales peronistas (con la excepción de Lobos y Magdalena), los intendentes no sólo tienen que enfrentar el desafío que pueden suponer las listas opositoras sino, además, en muchos casos, blindarse de lo que puedan hacer aliados con los que tendrán que compartir sus propias nóminas.
Por ejemplo, sin las PASO, los intendentes que responden a Kicillof tienen que dar espacio al Frente Renovador y a La Cámpora, y viceversa.

Un caso paradigmático es el de Avellaneda, al sur del Conurbano. Allí, el oficialismo de Jorge Ferraresi pone en juego 7 bancas de las 12 que se eligen. Ese dirigente, que supo ser muy cercano a Cristina Fernández de Kirchner, hoy tiene una disputa con el camporismo pero, sin PASO, tendrá que dejar espacio a sus rivales internos. Sin embargo, según pudo confirmar El Cronista, Ferraresi "probablemente" sea candidato a concejal para empujar -¿y ponerle su firma?- a un triunfo local.
Sin embargo, el distrito más importante es La Matanza, el lugar donde el oficialismo buscará renovar, al menos, 6 de las 12 bancas que se eligen en septiembre.
Allí también existe la disputa entre las huestes de Fernando Espinoza y el cristinismo que conduce el diputado provincial Facundo Tignanelli. Ese legislador, además, no podrá ser reelecto y podría buscar afirmarse en su territorio. Algunas versiones señalan que la vicegobernadora Verónica Magario podría estar en una nómina para atraer votos.
En Lanús, el oficialismo tendrá una misión un tanto más sencilla: pone en juego sólo 5 de los 12 escaños que se eligen y, además, una de esas bancas responde, paradójicamente, a Ferraresi. El intendente Julián Álvarez, si bien tendrá que compartir espacios, difícilmente permita que su colega de Avellaneda vuelva a "pisar" en su distrito. Para Álvarez se abre la oportunidad de conseguir no sólo la mayoría, sino tal vez, un quórum propio.
Por su parte, en Quilmes, el distrito de Mayra Mendoza, el oficialismo también pone en juego 7 de 12, pero será en Almirante Brown y en Florencio Varela donde el peronismo tendrá las misiones más difíciles, ya que buscará renovar 9 escaños sobre 12 que se eligen, respectivamente.
Esteban Echeverría es, quizá, el distrito con mayores incógnitas, en especial, respecto del posicionamiento que llevará adelante su intendente, que mantiene un histórico enfrentamiento con el camporismo y que podría optar por llevar su lista a Fuerza Patria, hacerlo dentro de "Somos" (el armado que congrega a peronistas, radicales, socialistas) o llevar una "boleta corta". La Cámpora pretende jugar allí con el exsecretario de Derechos Humanos y nieto recuperado, Horacio Pietragalla Corti.
Mientras tanto, la elección del nombre para encabezar la lista de Diputados nacionales se mantiene bajo siete llaves, aunque hay tres personas que podrían estar al frente, probablemente bajo la figura testimonial. En esa nómina podrían aparecer la propia Magario, Mayra Mendoza o Nicolás Mantegazza, intendente de San Vicente.
Mantegazza es uno de los intendentes más jóvenes de la Provincia y fue reelecto en 2023. Ayer compartió acto con el gobernador Axel Kicillof, quien lo elogió en público. Si bien no representa a uno de los distritos "poderosos", podría encarnar la idea de renovación.












