Las tensiones a las que está sometida la cadena de pagos por el agravamiento de la recesión que supuso la pandemia de coronavirus tiene su correlato en un instrumento financiero que es, en ocasiones, una de las cajas de resonancia del corte en la cadena, sobre todo en el sector pyme: se trata de los cheques de pago diferido, un instrumento de renta fija que las pequeñas y medianas empresas comenzaron a usar crecientemente para financiarse a corto plazo. Se trata de cheques emitidos por empresas a un determinado plazo, por lo que se cobrará en una fecha distinta a su creación. Al vencimiento el comprador cobra el cheque, recuperando el dinero invertido más los intereses. Las pymes que no pueden esperar al vencimiento para cobrarlos con intereses, los presentan ante los bancos y con un descuento, se hacen de liquidez. El problema presente es que, con la crisis y el parate de la cuarentena, las cuentas de donde deben salir los pagos están secas y los cheques vienen rebotados, lo que agrava la situación de iliquidez de este sector.
Cámaras empresariales que agrupan a pymes, como la Confederación General Empresaria de la República Argentina (Cgera) y la Confederación General Económica de la República Argentina (CGE), estiman que el 25% del volumen de los cheques diferidos están siendo rechazados. En montos, representa el 45% del total. Y por eso reclamaron al Banco Central (BCRA) que las entidades financieras cubran el monto de los cheques diferidos que le fueron devueltos a las pymes para sostener al segmento, en el marco de la pandemia por el coronavirus.
"Si desde el próximo lunes abren sus puertas al público, los bancos tendrán masiva presencia de empresarios solicitando el auxilio urgente a los problemas económicos que dejó la cuarentena obligatoria", declaró Marcelo Fernández Presidente de Cgera y agregó: "El Presidente Alberto Fernandez cuenta con el apoyo de nuestras Cámaras y entidades para tener la mayor dureza con los bancos que le den la espalda a las pymes".
Por su parte Roberto Marquinez, presidente de CGE, advirtió que la entidad "está convencida que en esta crisis se presenta la oportunidad histórica para reconstruir la Argentina; lejos de mezquindades, egoísmos, grietas sociales e ideológicas, improvisaciones y carencia de visión estratégica; sin embargo los bancos siguen con la actitud egoísta de ponerle palos a la rueda de la economía empujando a las pymes a su desaparición, y sin ellas no hay país posible".
Marquinez concluyó: "Ante la gravísima situación que vive la nación es que le solicitamos el presidente Alberto Fernández que convoque a todos los sectores representativos de la actividad económica con el convencimiento de que el diálogo constructivo es prioritario y vital."
CGE y Cgera remarcan que los bancos "ganaron $ 325.000 millones en 2018 y $ 800.000 millones en 2019 a través de las colocaciones de Leliqs con tasas al 80%". Además, indicaron que las entidades bancarias "poseen actualmente $ 1,3 billones en Leliq, que no quieren desarmar".
"En este marco, desde Cgera y CGE entendemos que los bancos tienen la capacidad para poder solventar a las pymes durante este proceso", concluyeron.