En momentos en que se desarrolla la COP26 en Glasgow (Reino Unido), la Cumbre Mundial sobre Cambio Climático con una creciente preocupación por el cuidado del planeta y foco en las formas de producción que consideren el impacto en el medio ambiente, trascendió que el empresario y filántropo Bill Gates está interesado en conocer la producción ganadera sustentable de Uruguay.
Todo comenzó a principios de año cuando Gates criticó entonces a la producción convencional de carne, endilgándole gran parte de la responsabilidad de la generación de gases de efecto invernadero.
La producción de carne "es causante de un desastre climático que provoca el calentamiento global y dejará más muertos que la pandemia del Covid-19", sentenció el fundador de Microsoft.
El mar de fondo de esta declaración era el apoyo explícito de Bill Gates al desarrollo de "carne sintética" de laboratorio, como alternativa a la carne de vaca. La respuesta desde las máximas autoridades de Uruguay en materia ganadera no se hizo esperar, incluyendo una invitación al país a conocer cómo es el método de producción ganadera sustentable.
"No se puede acusar a un sector generalizando, sin respetar a decenas de miles de productores que de generación en generación han recibido y transmitido un estilo de vida, basado en el legado de cuidar del recurso natural que nos otorgó la naturaleza y que deberemos traspasar de la mejor manera", asegura un comunicado de Instituto Nacional de Carnes (INAC) en febrero pasado.
Según trascendió hoy en la prensa uruguaya el empresario respondió por estas horas el convite del gobierno oriental. Si bien no se confirmó la presencia de Bill Gates en el vecino país, sí irá algún asesor directo del propio Gates con el fin de conocer de primera mano cómo es la producción ganadera sustentable.
Desde el gobierno uruguayo se entusiasman sobre el impacto global que podría tener una visita del empresario y su interés en la carne de ese país como posicionamiento en los mercados mundiales. Señalaron incluso que el encuentro, podría darse en los próximos días.
Si bien la calidad de la carne uruguaya y argentina son equivalentes, una vez más, nuestro país parece quedar afuera de estos movimientos.
De alguna manera, paga el precio de medidas de política sectorial que sólo en lo que va de este año acumulan cierre de exportaciones de carne, luego aperturas parciales, acuerdos forzados con los exportadores para abastecer al mercado interno a determinados valores, control de precios en las bocas de expendio, y esto sin contar las amenazas de cierre de las exportaciones de maíz, un insumo básico en la producción ganadera y retenciones del 9% a las exportaciones cárnicas.
En este contexto, y más allá de la sustentabilidad en la producción, una variable que por cierto, también tienen en cuenta los productores argentinos, en el marco de la meneada seguridad jurídica y el clima de negocios, Argentina continúa lejos del GPS de los grandes inversores.