"Vamos a intentar que el Estado, de aquí al 10 de diciembre y, obviamente, desde el 10 de diciembre en adelante, tenga mayores signos de austeridad". El ministro de Economía y candidato del oficialismo, Sergio Massa, bajó ese mensaje en su conferencia de prensa con corresponsales extranjeros.
Esa austeridad, de concretarse, sería con freno de mano. Según datos preliminares de Analytica, el gasto devengado dio un fuerte salto en lo que va de octubre, en lo que sería el cuarto mes consecutivo con expansión en las erogaciones comprometidas, se hayan pagado o no (base caja).
Massa también adelantó que buscará que el Congreso acelere algún recorte de exenciones impositivas de la Separata que envió con el proyecto de Presupuesto. Y que continuará con el recorte focalizado de subsidios. A pesar de eso, la merma de ingresos sigue haciendo mella en el resultado fiscal y el déficit primario acumulado en 12 meses era del 2,7% del PBI en septiembre.
Último trimestre
Los números fiscales de septiembre mostraron que el ajuste "base caja" del gasto continuó y que los ingresos siguen cayendo a mayor velocidad que las erogaciones a pesar de la ampliación del impuesto PAIS a las importaciones.
Los datos, que Economía reportó el viernes pasado, arrojaron una caída del gasto real del 3,5% interanual ese mes, pero un fuerte recorte en los ingresos del 14%, principalmente por el impacto de la sequía. Así, el déficit primario fue de $ 380.000 millones, o 0,21% del PBI.
En tres trimestres, el rojo fiscal acumula 1,44% del PBI, lo que vuelve prácticamente incumplible la meta de 1,9% del PBI del programa con el FMI, porque el último cuarto del año suele ser el más expansivo. Según Nadín Argañaraz, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), el gasto primario acumuló, en 9 meses, una caída de 5,1% real, pero los ingresos se redujeron en 7,2% anual, descontada la inflación. Así, el déficit primario aumentó 15% anual.
El grueso del ajuste del gasto se sigue concentrando en la reducción de subsidios energéticos (25% acumulado) y asignaciones familiares (38%). Un recorte importante, por el peso en las erogaciones, es el de las jubilaciones y pensiones, que caen 7,4% real, a pesar de los bonos con los que el Gobierno compensa la caída en los haberes más bajos.
La consultora ACM detalló que los gastos corrientes cayeron 3,5% real en septiembre, pero el gasto de capital subió 5% por encima de la inflación, con obras focalizadas en agua y alcantarillado. "Con el resultado fiscal de septiembre, se acumula un déficit cercano a 1,5% del PBI. El año anterior, para esta fecha, era del 1,3% del PBI y el año cerró en 2,4%", dijo Francisco Ritorto, economista de esa firma.
"Austeridad"
En ese escenario, la "austeridad" que planteó Massa para cerrar el año es difícil de alcanzar. Economía seguirá pisando gastos no esenciales. Profundizó esta administración "de guerra" después de las PASO, para compensar las medidas pro bolsillo con las que encaró las elecciones generales y palió el efecto de la devaluación en los ingresos.
Para Claudio Caprarulo, director de Analytica, el salto devaluatorio permitió medidas y continuar con el ajuste del gasto. "Como la inflación aceleró, pudieron seguir sosteniendo el ajuste en jubilaciones a pesar de los bonos", dijo.
Massa busca que el Congreso apruebe una quita de beneficios fiscales para llegar al superávit fiscal en 2024, dentro del paquete que presentó por el equivalente a 4,8% del PBI. El Ejecutivo no focalizó en ninguna exención y puso, por ahora, esa decisión en el Congreso. Quiere un punto de saldo positivo.
El Presupuesto que envió a consideración planteaba un déficit de 0,9%, pero no contemplaba el impacto de los proyectos de ley de Ganancias e IVA. Ese último supondría una merma de recursos de 0,8% del PBI, si no trae acarreado mayor blanqueo de la actividad, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Ordenamiento 2024
"Más allá de los anuncios y gastos extras, una vez definido el resultado electoral, serán mucho menos expansivos", estimó Caprarulo. El ajuste del gasto continuaría con el cambio de Gobierno. "Si gana Massa, deberá sentarse de nuevo a negociar con el FMI un programa y, para eso, necesita pasarse de la meta fiscal lo menos posible. Además deberá empezar a caminar hacia un plan de estabilización", continuó. "Y, si gana Javier Milei, se pisa todo por unos meses, como suele ocurrir con cualquier cambio de administración".
"El año que viene se espera una mejora en exportaciones que redunde en una mejora en los ingresos, y que se pueda normalizar el gasto con una continua baja del déficit", dijo Ritorto. "Imagino recortes en subsidios económicos, planes sociales y otros gastos corrientes menos representativos", agregó.