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Argentina dio un paso más en su relación bilateral con Estados Unidos al firmar un acuerdo de cooperación aduanera que promete transformar los mecanismos de control y la velocidad de los procesos comerciales entre ambas naciones. El convenio, rubricado en Washington, genera expectativas.

El titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), Juan Pazo, encabezó la delegación argentina que firmó el entendimiento con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés). Lo acompañó el director general de Aduanas, Andrés Veliz. Por la parte estadounidense, participó Donald R. Stakes, subcomisionado ejecutivo adjunto de la CBP.

El acuerdo se enmarca en lo que el gobierno de Javier Milei define como un proceso de “modernización integral” del sistema aduanero argentino, con énfasis en la eliminación de trámites presenciales y la digitalización completa de los procedimientos.

Qué establece el convenio entre Argentina y Estados Unidos

Según comunicó ARCA en sus redes sociales, el acuerdo busca profundizar tres ejes centrales: modernización, digitalización y automatización de los procesos aduaneros. Esto implica que las gestiones en papel y los trámites presenciales quedarían definitivamente atrás, en línea con los estándares establecidos por la Organización Mundial de Aduanas (OMA).

El entendimiento incluye mecanismos de cooperación técnica y operativa entre ambas agencias. Entre los objetivos declarados figuran el fortalecimiento de la coordinación bilateral, la detección temprana de amenazas y el combate a delitos transnacionales como el lavado de dinero a través del comercio exterior.

Para el sector privado, la promesa es clara: reducción de tiempos logísticos y mejora en la competitividad, gracias a controles más inteligentes y segmentados por nivel de riesgo.

El trasfondo del intercambio de información

Aunque la cooperación aduanera entre Argentina y Estados Unidos no es nueva —de hecho, se remonta a la década del 90—, el nuevo convenio refuerza un esquema que ya existía, pero que ahora cobra mayor relevancia en el contexto de los recientes acuerdos bilaterales.

Estados Unidos cuenta desde hace años con una Unidad de Transparencia Comercial (CTU, por sus siglas en inglés) que analiza patrones globales de comercio e identifica posibles maniobras de lavado de capitales mediante operaciones comerciales (conocidas como TBML, Trade-Based Money Laundering). Este sistema se nutre de información provista por unidades similares de distintos países, con las que realiza comparaciones y genera alertas.

Lo novedoso del acuerdo actual es que incluye un capítulo específico sobre intercambio de información vinculada al mercado de soja, uno de los principales productos de exportación argentinos. Este punto fue adelantado por el Gobierno a los sectores agroexportadores, con quienes mantiene diálogo fluido, según confirmaron fuentes oficiales.