Desde febrero de este año, el mercado internacional decidió favorecermuy especialmente a Brasil, relativo a la Argentina. En este sentido,la underperformance de las acciones brasileñas por sobre susequivalentes argentinos es al momento muy significativa, en torno al32% de retorno relativo en favor de Brasil. Pareciera que Lula está siendo severamente derrotado en las encuestas y, en base a esto, el mercado intenta anticipar la victoria opositora aun cuando falta mucho para dicho evento. Convengamos que estas historias de oscilación entre "derecha" e "izquierda" son muy características de mercados emergentes latinoamericanos y Brasil no es hoy la excepción de esta historia que se remonta al mismismo Cristóbal Colón. Por el momento, parece que nuestra siempre impredecible Argentina intenta escribir un nuevo capítulo, esta vez hacia la derecha, pero Wall Street está empecinada en vender Merval cada vez que puede, fruto de una desconfianza que quizá sea sumamente exagerada respecto a la capacidad que tenga este gobierno libertario de convalidar con contundencia su gestión en las elecciones de octubre de 2025. Obviamente, todo lo que se refiera a dinámica electoral en laArgentina no depende exclusivamente de la calidad de gestión delgobierno en curso, sino de la pendularidad y tradicional esquizofreniacon la que vota la mayoría de los argentinos que viven en estado dedisconformidad permanente. Es probable que Wall Street tenga cierta confianza en la gestión presente y futura de este gobierno libertario, pero entiende que la sociedad argentina es altamente impredecible a la hora de premiar o castigar candidatos. Probablemente, esta desconfianza hacia los argentinos y hacia este gobierno libertario es muy exagerada desde Wall Street, pero este es el estado de las cosas al día de hoy y no pareciera querer cambiar al menos hasta que tengamos la convalidación electoral en octubre 2025. En materia política, todo lo que se intente analizar en esta Argentina es sumamente emocional y personal y mi sensación, por lo tanto, es que, así como hay un núcleo duro del kirchnerismo que lo va a votar no importa lo que ocurra, ahora también se armó un núcleo muy duro libertario que también hará lo propio. No recuerdo que ningún presidente opositor al peronismo haya contado con semejante núcleo duro y esto podría augurar muy buenos años futuros en materia electoral para este incipiente gobierno libertario. Probablemente, el peronismo tendrá que acostumbrarse a lidiar con un presidente libertario con un carisma y llegada a los distintos estratos de las clases sociales de la Argentina único en cualquier candidato opositor que se le haya animado, y esto no es un detalle trivial porque probablemente le garantiza un piso muy sólido que jamás tuvo otro candidato no peronista en la historia económica reciente. A esta circunstancia, además, debiera sumarse la de una gestión económica que ha sido muy buena teniendo en cuenta la herencia de dónde venimos. En muy corto tiempo, este Gobierno pudo poner a la Argentina en un contundente sendero de desinflación, entendiendo que la inflación es el impuesto más cruel, especialmente para las clases sociales de menores ingresos, aspecto que debiera ser reconocido a la hora de votar. Es probable que la desinflación sea el principal resultado macroeconómico que intente mostrar este gobierno libertario a la hora de posicionarse favorablemente en las elecciones de octubre de 2025 y la inflación es una variable que en la Argentina entienden todos. Desde una inflación al inicio de gestión cercana al 25% promedio mensual, los libertarios estarían enfrentando las elecciones de octubre con una inflación promedio mensual cercana al 1,5%, lo cual no solamente refleja un notable éxito en materia antiinflacionaria, sino que además resulta en la variable más sensible que tiene el votante argentino a la hora de dirimir sus voluntades. De esta manera, los aspectos personales del candidato libertario con un núcleo duro muy sólido que lo va a votar en cualquier escenario posible es una característica que está siendo sistemáticamente subestimada por Wall Street a la hora de comprar activos argentinos. Además, la sensibilidad de los argentinos en materia inflacionaria a la hora de votar es la segunda variable que probablemente está siendo severamente subestimada por los flaquitos que nos operan desde New York. De esta manera, la coyuntura macroeconómica, monetaria, y política actual, insinúa que octubre de 2025 podría generar una sorpresa muy positiva para los operadores de Wall Street y un rally potencial -por ahora muy contenido- en acciones y bonos argentinos. Si hay algo que caracterizó a esta gestión libertaria es la sistemática subestimación de su capacidad de éxito y, una y otra vez, sorprenden al mercado con la implementación de medidas sencillas, pero sumamente contundentes. Por supuesto, si quisiéramos evaluar a esta gestión libertaria con el manual de Noruega, un país en donde todo funciona bien, podríamos pasarnos la vida criticándola. Pero a la luz de la calidad de gestión en los últimos gobiernos democráticos, esta administración libertaria es por lejos la mejor desde el retorno a la democracia en 1983. Wall Street duda respecto a si, esta vez, los argentinos mayoritariamente se darán cuenta. Mi sensación estomacal es que los libertarios arrasan en octubre.