La imagen casi hace estallar las pantallas de TV de la Casa Rosada. Faltaba poco para las cuatro de la tarde y la lluvia torrencial castigaba con increíble ensañamiento a los inundados bonaerenses. Uno de los leds transmitía el Diario de Mariana por Canal 13. En la mitad del monitor, Mariana Fabbiani mostraba secuencias tremendas de los argentinos en canoas peleando con la sudestada y, en la otra mitad, aparecía dando consejos sobre cómo enfrentar lo peor de la tormenta una de las estrellas emergentes de la elección del domingo: la candidata a gobernadora del PRO, María Eugenia Vidal. El programa medía unos 10 puntos de rating: más de un millón de televidentes.
Los funcionarios discutían a los gritos. No había nadie del Gobierno asistiendo a las víctimas del agua y el candidato del kirchnerismo, Daniel Scioli, se había ido de viaje a Italia para las revisiones médicas de su brazo ortopédico. Desde la Quinta de Olivos, Cristina suspendió un acto público agendado, movilizó a Aníbal Fernandez, y a los también candidatos Axel Kicillof y Diego Bossio para que anunciaran subsidios para los damnificados. Pero ya era tarde. El daño estaba hecho y las fotografías del Estado ausente se convertían en un mensaje incomprensible.
Scioli cometió un error de esos que nunca comete. Viajó al exterior cuando el alerta meteorológico prometía más inundaciones. Se tuvo que volver de apuro para restañar las heridas. Esas que hablan de obras hídricas que nunca se hicieron o se demoraron mientras el dinero estatal fluye en la dirección equivocada.