En el fútbol argentino se hizo costumbre vivir de salto en salto según se presenta la ocasión, con reglas removibles en cualquier momento. Al inicio del segundo semestre, la estela de la Selección campeona del mundo se extendió al torneo local.
Los regresos con "gloria" de Angel Di María y Leandro Paredes, sirven de modelo a las nuevas generaciones y a su vez, le aportan jerarquía a la competencia de 30 equipos. Ambos expresaron el enorme orgullo y agradecimiento, por volver a vestir las camisetas de los clubes donde se formaron y son hinchas, después del largo periplo europeo. A ellos, se suma una nueva experiencia piloto para el ingreso del "público visitante", tras 12 años de veda en los estadios por causa de la violencia barrabrava.
"Este es un día importantísimo para el fútbol argentino, que va a marcar un antes y un después. Se viene trabajando hace mucho tiempo para esto. Es el principio para la vuelta del público visitante, el comienzo para que los clubes que puedan y estén en condiciones puedan recibir hinchas visitantes", anunció entusiasmado Claudio "Chiqui" Tapia, presidente de AFA.
A pocos de días para el cierre del libro de pases (24 de julio, a las 23.59 horas), la mayoría de los equipos buscan reforzarse a pesar de la escasez de recursos. Como secuela de la opción de salida ejercida por Maxi Salas, River Plate y Racing Club, se apresuraron a tomar medidas para evitar el éxodo de otros futbolistas por esa misma vía.
El blindaje de River a los juveniles
Tras la partida de Claudio Echeverri (19) al Manchester City y la más reciente, de Franco Mastantuono (17) al Real Madrid; este último mediante el pago de una cláusula de rescisión (45 millones de euros, libres de impuestos), la Comisión Directiva de River Plate decidió blindar -junto al delantero Facundo Colidio (25)- a otros tres jugadores de su cantera: Bautista Dadín (19), Lautaro Rivero (21) y Alex Woiski (19), igualados en 100 millones de euros.
"No es para exponerlos (los 100 millones), sino para tratar que nos respaldemos con la cláusula, nada más. No tiene que confundir ni a los jugadores ni a la gente. Lo quiero compartir porque quizás decís 'y el chico de los 100 millones dónde está'. Tienen que hacer sus pasos, no confundamos a la gente por una cláusula que tiene relación con otra cosa y no con el estado actual del futbolista", apuntó el DT Marcelo Gallardo en conferencia de prensa.
La "cláusula anti-River", ¿ficción o realidad?
Adrián "Maravilla" Martínez (33 años) lleva convertidos 46 goles con la camiseta de Racing, resultando; junto a Gustavo Bou, en el tercer máximo goleador del club en este siglo, detrás de Diego Milito -actual presidente- (59) y Lisandro López (79).
Tras la repentina salida de su compañero Salas, la dirigencia racinguista decidió elevarle la cláusula de rescisión a u$s 122 millones de dólares (cifra récord del fútbol argentino), extendiendo su contrato hasta diciembre 2028, con una mejora en sus retribuciones.
Este golpe de efecto acabó por neutralizar los sondeos riverplatenses que hubiera terminado por llevarse a la dupla goleadora. A modo comparativo, el monto asignado a la "cláusula" de Maravilla, es superior a la cotización de Lautaro Martínez (95 millones euros), Enzo Fernández (75 millones euros), Alexis Mac Allister (100 millones euros) o Alejandro Garnacho (45 millones euros). (Fuente: Transfermarkt.com.ar).
Un cambio de paradigma
La necesidad de reestructurar los planteles según el nivel de exigencia de las competencias obliga a los clubes a echar mano de este tipo de cláusulas contractuales. En la actualidad, es el futbolista quien está habilitado a "pagar por su libertad" a favor del club interesado en su fichaje, a diferencia de lo ocurrido décadas atrás.
"La cláusula de rescisión es un sistema más equilibrado de fuerzas que le pone un marco de prolijidad a las relaciones entre los clubes y los futbolistas" señala el exfutbolista y actual periodista deportivo, Gustavo Lombardi (TyC Sports).
Y rememora: "Durante muchos años, y me tocó vivirlo, el jugador quedaba preso del club. El poder era de la institución que lo contrataba, con la famosa regla del "20%". Por ese motivo tuve que jugar dos años bajo esa norma. ¿En qué consistía? Si el contrato terminaba y no había acuerdo entre el trabajador (futbolista) y su empleador (club), el aumento se fijaba automáticamente en un 20% anual por un lapso de dos años. Pero eso solamente abarcaba al salario mensual, que es una parte ínfima de la remuneración. La prima, que es la parte más gruesa, no sólo no recibía ningún ajuste, sino que directamente no se pagaba. El futbolista quedaba como un rehén, sin la posibilidad de salir. Y al que no aceptaba esas condiciones, lo colgaban dos años".
A mercado revuelto, ganancia de peces gordos
Las cláusulas de salida anticipada son habituales en el circuito de transferencias desde Sudamérica hacia clubes de las grandes ligas europeas. En Argentina, vienen siendo noticia en portales y redes, dada la tendencia -cada día más acentuada- de proteger a los "activos intangibles" (léase, derechos económicos y de formación, mecanismo de solidaridad, plusvalía por objetivos).
Así, el valor proyectado sobre una futura transferencia sirve para equilibrar los presupuestos de los clubes. Sin embargo, lo presupuestado no siempre coincide con la cotización de mercado dentro del plazo previsto. Ello provoca desfases financieros, y por ese motivo, se producen salidas tempranas de talentos, con el fin erradicar el déficit del balance de ingresos y egresos.
Al momento de negociarse elevar el monto para la rescisión más una mayor extensión del contrato, con los protagonistas sentados a la mesa (club/representante/jugador), suele estipularse una mejora para el futbolista acorde al plazo de duración (2/3 años). Si bien no existen parámetros ni porcentajes predeterminados, los aumentos en los salarios/retribuciones pueden oscilar entre el 5% y el 20% del total de la cláusula, a distribuirse en forma mensual.
Más allá del carácter simbólico o testimonial que puedan significar para socios y simpatizantes el resguardo de sus ídolos, se trata de un mecanismo de atracción entre oferta y demanda, que facilita los traspasos sin acuerdo previo, en orden a cubrir exigencias puntuales (institucionales/económicas/deportivas/familiares) de las partes involucradas.
A este cuadro de situación urge adosarle un manual de buenas prácticas que tenga por misión preservar la sana competencia, evitando controversias tan inútiles como penosas de sobrellevar.
Samuel Langhorne Clemens (1835-1910), célebre escritor, humorista y ensayista estadounidense, más conocido por su seudónimo Mark Twain, nos ha legado la siguiente enseñanza: "Debemos tener cuidado de no extraer de una experiencia sólo la sabiduría que en ella hay y allí quedarnos; no fuera que acabemos como el gato que se sentó sobre la chapa caliente de la estufa. Él no volverá a sentarse sobre una chapa caliente y eso está bien, pero tampoco volverá a sentarse sobre una chapa fría". (Fragmento de "La tragedia de Wilson Cabezahueca" (1894).