La industria textil es fuerte, y en condiciones estables puede desarrollarse correctamente. Según la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo, entre septiembre de 2021 y septiembre de 2022, el sector de confección de prendas de vestir incrementó 11,8% su planta de trabajadores. Este porcentaje deja en evidencia el fuerte rol de generador de empleo de nuestra industria textil, que superó ampliamente el 4,7% del total de la industria argentina en el mismo período.
Una muestra más de la flexibilidad del sector que puede adaptarse a las políticas coyunturales, a la situación económica y a diferentes escenarios geopolíticos. En el sector de textil estamos viendo una fuerte tendencia a invertir en maquinaria e infraestructura, que continúa tan activa como en el 2022, superando los 235 millones de dólares.
Nos encontramos en un período de modernización, y lo que se plantea como obsoleto o como no competitivo solo es el costo de producción, impuestos increíblemente altos y costos de la energía.
Las empresas tienen la necesidad de estar a la vanguardia, mejorar la calidad de los tejidos. Estos son temas centrales en las grandes fábricas argentinas, que están invirtiendo fuertemente para tener más diversidad de propuestas y para que los confeccionistas se puedan abastecer de mejores tejidos, con mejores prestaciones.
La fabricación textil va en línea con las tendencias: el mercado del denim también presenta un fuerte crecimiento, las grandes productoras ya están aumentando la capacidad productiva y surgen nuevas empresas nacionales dedicadas a este segmento.
Estas inversiones y la capacidad del sector pueden verse reflejadas en Emitex, que en cada edición exhibe las innovaciones y los avances tecnológicos que incorporan las empresas argentinas en los procesos textiles. Lo más llamativo es el gran avance que se está produciendo en sublimación y estampación digital, con nuevos equipos y tintas más amigables con el medio ambiente.
Esta tecnología es muy relevante para nuevos productores, jóvenes emprendedores y pequeños empresarios ya que les permite alcanzar gran libertad de creación. A su vez, esto genera un crecimiento de la industria y, en consecuencia, nuevos empleos y oportunidades de negocio.
El diseño argentino es reconocido en el mundo, tenemos profesionales excelentes que exportan sus trabajos y agregan valor a la producción, pero en el campo del diseño textil, específicamente, aún queda un largo camino por recorrer.