"Estuvo mal echo todo. Lo nuestro fue una improvisación total. Me extraña que Sebastián [Pareja] haya creído que no iba a pasar nada", confesó un dirigente liberal lomense que también tuvo que huir de las hordas violentas que lo siguieron una vez terminada la caravana de siete cuadras de Javier Milei por Lomas de Zamora.
"Hace dos años nos recibían casi con los brazos abiertos y no teníamos problemas por dos factores: primero, porque Javier era un rockstar de la tele que venía del mismo lugar de la gente. Segundo: el peronismo y el kirchnerismo lo bancaban, en logística y en plata, porque no lo veían como rival. Ellos creían que el enemigo era Juntos por el Cambio. Entonces todo estaba permitido", continuó con su relato la fuente que recordó, en el mismo instante, como Diego Santilli tuvo que huir en 2021 en Lomas de Zamora cuando había ganado las PASO de aquel año.
Para él, "todo lo relacionado con el mundo libertario falló. La seguridad de la Casa Presidencial, la inteligencia, todo. Los volquetes con cascotes y basura estaban desde el día anterior y no fueron removidos y nadie quitó los pasacalles que los recibían diciendo 'Milei, la coima de tu hermana'. Extrañamente, esos mismos mensajes desaparecieron al día siguiente.
Los libertarios no la están pasando bien en sus incursiones bonaerenses. Si bien nunca les fue sencillo a los representantes opositores, cierta idea de crueldad que aparecen en los mensajes oficialistas hace que todo se relativice cuando sus caravanas o dirigentes son insultados, como sucedió a principio de semana en Junín contra José Luis Espert, que luego de insultar tuvo que salir rápidamente del medio de la turba que lo esperaba fuera del hotel donde los candidatos se preparaban para la actividad de la Cuarta Sección Electoral.
El candidato a primer diputado nacional, que también gritaba a quienes lo abucheaban en su paso por Lomas de Zamora, ahora tuvo que subir a una moto de un extraño para irse del lugar. La custodia también falló con él. Quizás por eso es que, para el próximo miércoles, cuando Milei esté en el oeste del Conurbano; más precisamente en Moreno, la logística será diferente y no habrá caravana. En su lugar, el acto se realizará en un club, de manera tradicional, con invitación especial a través de pulsera de color.
Lomas de Zamora es conducida por Federico Otermín, experiodista y dueño de los buenos modales habituales en un comunicador. Eso le permite parecer como "distante" de su jefe, Martín Insaurralde, pero debe estar en un constante juego de conciliación con su mujer Daniela Vilar, ultra militante de La Cámpora, con posturas y mensajes similares a Mayra Mendoza, de Quilmes.
En lo sucedido el miércoles en la avenida Hipólito Yrigoyen, a dos cuadras de la Plaza Grigera, hubo una mezcla de tensión social con militancia rentada. En la primera línea estuvieron representantes de los sectores más radicalizados del kirchnerismo no estructural como Hijos y el Movimiento Teresa Rodríguez. Detrás de ellos estaban los miembros del elenco estable municipal conducidos, para esta oportunidad, por Vilar, la dueña del relato callejero y político del poder distrital.
"Para peor, a nosotros nunca nos informaron adónde teníamos que convocar la gente ni a qué hora. Recién en la noche del martes nos dijeron que fuéramos a Laprida e Yrigoyen, por eso no fue todo lo masivo que se esperaba", confesó un organizador. Efectivamente, durante las primeras cuadras, desde el híper cuyo dueño aduce conocernos a todos hasta el lugar donde todo se desmadró, la caravana transitó casi a ritmo normal, con pocos adherentes alrededor.
Mientras esto sucedía, en Pilar reaparecía Cristina Fernández de Kirchner -ante la sorpresa del 99% de los presentes- en el acto que encabezó Axel Kicillof. El gobernador y su ministro de Salud, Nicolás Kreplak, eran los únicos anoticiados con la incómoda novedad.
El día anterior a la actividad con los profesionales de la Salud, el funcionario le comentó el pedido que le había realizado Máximo Kirchner a Carlos "Carli" Bianco y este a su amigo Kicillof. Ni el ministro de Gobierno, ni el jefe provincial podían decirle que no a tal petición, entonces, se daba por hecho que el audio con la voz de Cristina Fernández de Kirchner iba a aparecer en algún momento. Y justo fue al final del evento, cuando se conocían los sucesos de Lomas de Zamora. El Diablo siempre se nota en los detalles como estos.
Desde la Gobernación reconocieron que nadie sabía de la aparición de la expresidenta en la campaña bonaerense hasta que sucedió. Ni los ministros, ni los intendentes, ni los candidatos ahí presentes estaban enterados.
Algunos supusieron que fue un acto de rebeldía de Federico Achával, enojado por el cierre de listas. Desde la intendencia de Pilar se encargaron de informar y comentar, paso por paso; punto por punto, de que ellos tampoco sabían de la "llegada" de Cristina al último tramo del camino electoral del 7 de septiembre en un acto en su municipio.
Desde el gobierno provincial todo se ve, con razón, como una provocación del hijo de los dos presidentes quien, según un aliado ahora enojado también porque no le dieron lugar en las listas de diputados nacionales ni provinciales, "no está encontrando su lugar. Él creía que tendría una centralidad política a esta altura de la historia que no se le dio hasta el momento y creo que no se le dará jamás".
La semana pasada Máximo Kirchner le recriminó a Kicillof porque Mayra Mendoza, en Quilmes, no recibía la misma plata que sí conseguía Julio Alak, en La Plata, por ser amigo del gobernador. "Es una locura... Es producto de esto que te hablé antes", inició su comentario un intendente que lo quiere.
"La Provincia no tiene plata, y eso se nota. Si me pagan a mí, por ejemplo, no le pagan a mi vecino, y así sucesivamente. Pero estamos en un momento donde todos quieren ver fantasmas en todos lados", confió a El Cronista.
Acerca de "fantasmas", días atrás el gobernador recibió un llamado de un intendente de La Cámpora de la Segunda Sección Electoral; la región norte de la Provincia, en la que le recriminaba que le estaban cercenando las boletas por no ser aliado político. Finalmente, esas papeletas aparecieron en el auto de un reconocido dirigente político que nada tenía que ver con ninguna variante interna.
"Reaparece Cristina y habla del fentalino. Más turra no se puede", disparó uno de los presentes en el palco que quería apretar un botón y volar por los aires. El futuro de Fuerza Patria ya empezó a concluir.