La actividad económica registró en marzo una suba del 11,4% interanual, y así consolidó la recuperación tras la fuerte caída provocada por la pandemia, informó el Indec.
Fue el primer dato positivo desde agosto del 2019 y el mayor avance interanual desde julio del 2010, y cerró el primer trimestre del año con un crecimiento de 2,3%.
En la comparación de marzo contra febrero, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) redujo su caída hasta un 0,2% mensual sin estacionalidad.
Fue tras bajar 0,9% en febrero, y se ubicó sólo 1,9% por debajo del nivel pre-covid de febrero del 2020, destacó el Ministerio de Economía. Palabra más palabra menos, así informaron las crónicas del día lo que fue la mejor noticia de la economía en casi un año.
Pero en el medio sigue la pandemia y la Argentina no transita el mejor momento ni por cantidad de contagios ni, lo que es peor, cantidad de muertes.
Así, y después de escuchar al comité de expertos y de mantener dos videoconferencias para buscar el respaldo de los gobernadores, el presidente Alberto Fernández tomo la determinación de introducir nuevas restricciones para contener la escalada de casos de coronavirus.
En este nuevo esquema de confinamiento, el temor es que se vuelva a afectar la economía. Una economía que si bien tuvo buenos números en marzo, está lejos de contar con una recuperación que deje tranquilos al Gobierno, a los empresarios y a los argentinos en general. El mejor ejemplo es que, producto de la pandemia, aumentó el nivel de pobreza a niveles más que preocupantes. Hoy más del 50% de los niños en el país son pobres. Hay más: las personas bajo la línea de pobreza ya son 19 millones, lo que representa el 42% del total de los habitantes del país, y muestra un crecimiento de 6,5% durante el año de pandemia.
Y si a esos números se agrega la inflación que, más allá del 29% presupuestado para este año, sigue a un ritmo de 4% mensual desde fines del año pasado, la situación es aún peor. La pandemia llegó a la Argentina en un momento crítico de la economía. Llegó a un país empobrecido donde todo cuesta más y donde la solución son parches.
Alberto Fernández se encargó de aclarar anoche y por cadena nacional que, de los nueve días de confinamiento estricto, sólo tres son laborables.
Está claro igual que el golpe para sectores como el gastronómico la situación es más compleja, ya que los feriados y los fines de semana es cuando más trabajan.
Negar, la pandemia, negar el aumento de contagios es tan irreal como negar que el cierre de la producción afectará a la economía. El problema es cuando no se puede elegir y solo queda optar.