El Día 7 de la Novena de Aguinaldos 2025, que se reza el lunes 22 de diciembre, marca un momento clave dentro del camino espiritual previo a la Navidad. Sin estridencias ni promesas inmediatas, esta jornada propone detenerse en el silencio, la fe y la esperanza ante la cercanía del nacimiento de Jesús, un mensaje que atraviesa generaciones.
En este punto de la novena, el clima cambia sutilmente. La espera ya no es abstracta: se vuelve concreta, cotidiana y profundamente humana. Las oraciones del séptimo día de la Novena de Aguinaldos invitan a contemplar la humildad y la obediencia como virtudes centrales, encarnadas en la Sagrada Familia.
Aunque millones de fieles repiten estos rezos cada año, no todos se detienen en su sentido profundo. Detrás de cada palabra hay una catequesis antigua, pensada para preparar el corazón sin revelar todo de inmediato. El verdadero trasfondo del Día 7 de la Novena de Aguinaldos 2025 se comprende plenamente al avanzar en la oración.
Día 7 de la Novena de Aguinaldos 2025 y su significado espiritual
El eje del Día 7 de la Novena de Aguinaldos 2025 es la contemplación del viaje de María y José hacia Belén. En este trayecto, cargado de incertidumbre, la tradición cristiana destaca la obediencia de Jesús incluso antes de nacer, sometiéndose a un censo ordenado por una autoridad extranjera.
Este pasaje no se presenta como un dato histórico aislado, sino como una enseñanza espiritual. La novena subraya que la humildad, tan resistida por el ser humano, es precisamente la virtud que Dios elige para manifestarse. Así, el séptimo día propone revisar la forma en que se vive la fe en lo cotidiano.
Oración para todos los días
Bondadoso Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio.
Nosotros, en nombre de todos los mortales, te damos infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrecemos la pobreza, humildad y demás virtudes de tu Hijo humanado, suplicándote por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Se reza tres veces el Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
Oraciones y gozos del Día 7 de la Novena de Aguinaldos
Las oraciones propias del Día 7 de la Novena de Aguinaldos se complementan con los gozos, una de las expresiones más queridas de esta tradición. En ellos se resume el anhelo de la humanidad por la llegada del Salvador, utilizando imágenes bíblicas y títulos mesiánicos.
Los villancicos, como “Vamos Pastores”, acompañan este momento y refuerzan el clima de espera gozosa, especialmente en celebraciones familiares y comunitarias, una práctica arraigada en la cultura colombiana.
Oración a la Santísima Virgen
Soberana María, que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo. ¡Oh dulcísima madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarlo y adorarle por toda la eternidad.
Se reza tres veces el Avemaría.
Oración a San José
Oh santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús, infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego, por el amor que tuviste al Divino Niño, me abrases en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras que en su divina esencia le vea y le goce en el cielo.
Amén.
Se reza el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria.
Aspiraciones para la venida del Niño (Gozos)
Dulce Jesús mío, mi niño adorado ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
- ¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos! la prudencia que hace verdaderos sabios!
- ¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos! ¡Ah, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte el brazo!
- ¡Oh, raíz sagrada de José que en lo alto! presenta al orbe tu fragante nardo! Dulcísimo Niño que has sido llamado Lirio de los valles, bella flor del campo.
- ¡Llave de David que abre al desterrado! las cerradas puertas del regio palacio! ¡Sácanos, oh Niño con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado!
- ¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas, tu esplendor veamos! Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
- ¡Espejo sin mancha, santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano! ¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño, da al mísero amparo
- ¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, De Israel anhelo Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso!
- ¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto, bienhechor rocío como riego santo! ¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado ¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del campo!
- ¡Ven, que ya María previene sus brazos, do su niño vean, en tiempo cercanos! ¡Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario!
- ¡Del débil auxilio, del doliente amparo. Consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano.
- ¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados! ¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos! ¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos, y aún más que mis frases, te dice mi llanto!
- ¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. Ven a nuestras almas, Ven, no tardes tanto!
Oración al Niño Jesús
Acuérdate, ¡oh, dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente. “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”.
Llenos de confianza en Ti, oh Jesús, que eres la misma verdad, venimos a presentarte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos de tu encarnación y de tu infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto.
Nos entregamos a Ti, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y de que, en virtud de tu divina promesa, acogerás y responderás favorablemente nuestra súplica.
Amén.