La Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) explicó que la actualización tarifaria responde a una combinación de factores que van más allá de la oferta de gas disponible en el país.
Aunque la producción de la molécula representa entre el 35% y el 40% del valor final de la tarifa, otros componentes como el transporte, la distribución y la comercialización también influyen de manera significativa en el precio que asumirán los usuarios.
De acuerdo con la entidad, estos elementos deberán ajustarse debido a las condiciones actuales del mercado y a las necesidades de infraestructura. La CREG aseguró que todos los componentes serán revisados dentro del esquema regulatorio para garantizar su sostenibilidad y su funcionamiento adecuado en el sistema energético.
¿Cuándo entrarían en vigencia las nuevas tarifas del servicio de gas?
Según el comisionado de la CREG, William Mercado, los cambios tarifarios se reflejarán durante el primer trimestre del próximo año. La entidad prevé que para ese periodo se definan las nuevas tarifas tanto en distribución como en comercialización, lo que significa que los hogares y comercios empezarían a ver variaciones en sus facturas durante ese mismo periodo.
El proceso de ajuste se encuentra actualmente en revisión técnica y regulatoria, por lo que el cronograma depende del análisis final de los componentes y de la aprobación formal dentro de la comisión. Aun así, la CREG reiteró que el objetivo es que la actualización se aplique de manera gradual y transparente para los usuarios.
¿Existe realmente un déficit de gas en Colombia?
La CREG desmintió las proyecciones que han señalado un déficit de gas de hasta el 50% en el país. De acuerdo con el director ejecutivo de la entidad, Antonio Jiménez, estas cifras no corresponden a la realidad y deben revisarse con base en la información oficial del gestor de gas.
En el escenario más crítico, el déficit proyectado estaría alrededor del 12%, muy por debajo de las estimaciones difundidas por algunos analistas.
Además, la entidad explicó que se están flexibilizando contratos para garantizar el abastecimiento. Estos ajustes contractuales permitirían asegurar la oferta necesaria en los próximos meses y evitar presiones adicionales sobre la tarifa, especialmente en regiones donde el consumo industrial y residencial es más alto.