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El cometa 3I/ATLAS, identificado en 2025 como un objeto que procede desde fuera de nuestro sistema solar, ha captado la atención internacional de astrónomos y aficionados a la ciencia. Está previsto que el 19 de diciembre de 2025 alcance su punto de máxima cercanía a la Tierra durante su paso por el sistema solar. Este evento genera interés tanto en la comunidad científica como entre el público general por su rareza y su origen interestelar.

A pesar de las expectativas por su acercamiento, las agencias espaciales y modelos orbitales confirman que no existe peligro de impacto contra la Tierra en esa fecha. El cometa seguirá su trayecto hiperbólico y continuará su viaje de regreso al espacio interestelar, sin alterar la estabilidad de nuestro planeta ni su entorno cercano.

El acercamiento de 3I/ATLAS a la Tierra y su trayectoria

El cometa 3I/ATLAS fue descubierto el 1 de julio de 2025 por el telescopio ATLAS en Chile. Su nombre incluye el prefijo “3I” porque es el tercer objeto interestelar confirmado observado atravesando nuestro sistema solar, tras 1I/ʻOumuamua y 2I/Borisov.

Según los datos orbitales calculados por astrónomos, el 19 de diciembre de 2025 el cometa pasará a una distancia de aproximadamente 1,8 unidades astronómicas de la Tierra, lo que equivale a unos 270 millones de kilómetros. Esta separación es casi el doble de la distancia entre la Tierra y el Sol, una distancia segura que descarta cualquier posibilidad de choque.

La trayectoria de 3I/ATLAS es hiperbólica, lo que significa que no está en órbita estable alrededor del Sol, sino que solo está realizando un paso temporal por el sistema solar antes de continuar hacia el espacio interestelar. A diferencia de objetos que orbitan alrededor del Sol de forma cerrada, 3I/ATLAS no se dirige hacia la Tierra ni tiene elementos orbitales que lo pongan en ruta de colisión con nuestro planeta.

Qué chances hay de que el cometa 3I/ATLAS choque con la Tierra el próximo 19 de diciembre.
Qué chances hay de que el cometa 3I/ATLAS choque con la Tierra el próximo 19 de diciembre.

¿Existe alguna posibilidad de impacto?

La respuesta científica es clara: no hay probabilidad significativa de colisión. La distancia a la que 3I/ATLAS pasará por la Tierra es enorme en términos astronómicos y no plantea ninguna amenaza para la vida ni para la infraestructura terrestre.

Los modelos de trayectoria elaborados por la NASA y otras agencias espaciales establecen que incluso en su punto de acercamiento más próximo seguirá estando muy lejos de la órbita terrestre. La matemática orbital utilizada para este tipo de cuerpos es robusta y se basa en observaciones extendidas durante varios meses desde su descubrimiento.

Además, al ser un objeto que no está ligado gravitacionalmente al Sol, sino que simplemente pasa por el sistema solar, no hay efectos gravitacionales de otros cuerpos que modifiquen su trayectoria de forma que pudiera desviarse hacia nuestro planeta.

¿Por qué genera tanta atención este cometa?

La relevancia de 3I/ATLAS no radica en un posible impacto, sino en su origen interestelar y sus características físicas. Este cometa ofrece a los científicos una rara oportunidad de estudiar materia que proviene de fuera de nuestro sistema solar.

Los objetos interestelares son extremadamente poco comunes. El primero confirmado, 1I/ʻOumuamua, fue observado en 2017, y el segundo, 2I/Borisov, en 2019. 3I/ATLAS representa solo el tercer caso detectado hasta ahora. Estudiar su composición, actividad y trayectoria permite a los astrónomos comparar su estructura con la de los cometas originados en nuestro propio sistema solar, lo que puede ofrecer pistas sobre la formación de planetas y los materiales presentes en otros sistemas estelares.

Además, su paso cercano al Sol en octubre de 2025 provocó un aumento de actividad cometaria, con la liberación de gas y polvo que forman la coma característica alrededor del núcleo. Este comportamiento es objeto de seguimiento por parte de telescopios espaciales y terrestres, que buscan entender mejor cómo responden estos cuerpos al calor solar.

La comunidad científica también ha destacado su valor como objeto de observación astronómica, permitiendo a investigadores reunir datos espectroscópicos y visuales que aportan información sobre su composición química y física.

Comparación con otros acercamientos celestes

Es importante diferenciar entre eventos astronómicos espectaculares y potenciales amenazas reales. A lo largo de la historia registrada y de los modelos de seguimiento espacial, múltiples objetos han pasado “cerca” de la Tierra sin representar peligro alguno.

La definición de “cerca” en astronomía puede abarcar distancias de millones de kilómetros. En el caso de 3I/ATLAS, la cifra de 270 millones de kilómetros sigue clasificándose como un paso seguro y distante cuando se compara con el tamaño y radio orbital del planeta.

Por otro lado, en eventos futuros como aproximaciones de asteroides conocidos con potencial riesgo de impacto, los astrónomos publican alertas especiales y campañas de observación dedicadas a evaluar cualquier cambio en la órbita. En este caso de 3I/ATLAS no se han emitido alertas de este tipo, lo que refuerza la idea de que su paso no entraña peligro.