

La región de Asia-Pacífico se encuentra en un estado de considerable incertidumbre. Las tensiones territoriales, los reclamos históricos y movimientos militares crean un ambiente de desconfianza y alerta. En este contexto, los nombres de China y Estados Unidos emergen constantemente como actores centrales en disputas que trascienden fronteras.
Los desacuerdos relacionados con Taiwán, los reclamos sobre el Mar de China Meridional y los enfrentamientos con naciones vecinas configuran un panorama complejo y volátil. Observadores internacionales señalan que cada acción tiene el potencial de provocar una chispa con repercusiones a nivel global. El temor a un conflicto mayor comienza a consolidarse como una preocupación latente.
En este clima de tensión, dos naciones asiáticas han decidido fortalecer su relación. Esta cooperación no solo desafía la influencia de China, sino que también podría modificar los equilibrios de poder en el Indo-Pacífico. Los pormenores de esta iniciativa comienzan a ser revelados.
Los dos países que pueden frustrar los planes de China y EEUU
La unión entre India y Filipinas se concretó en 2025 con sus primeras patrullas y ejercicios navales conjuntos en el Mar de China Meridional. Estas maniobras, llevadas a cabo en áreas dentro de la zona económica exclusiva filipina y reclamadas por Beijing, tuvieron un significativo impacto político y militar. El mensaje fue inequívoco: dos democracias asiáticas dispuestas a proteger sus intereses marítimos.
El jefe militar filipino, Romeo Brawner, enfatizó que esta colaboración envía una señal de fortaleza y solidaridad en la región. Desde Nueva Delhi, el primer ministro Narendra Modi subrayó que la cooperación marítima entre ambas naciones es tanto natural como esencial. La reacción de China no tardó en llegar: patrullajes cercanos y declaraciones oficiales acusando a Manila de “provocar inestabilidad” y advirtiendo que defenderá sus reclamaciones territoriales.

La batalla histórica entre China, India y Filipinas
En el contexto de la región, India sostiene una disputa con China por los territorios de Aksai Chin y Arunachal Pradesh, localizados en la frontera del Himalaya. Estos desacuerdos se originan en la guerra de 1962 y continúan siendo un punto de fricción. La reciente cooperación entre India y Filipinas se suma a un tablero ya cargado de tensiones y refuerza la idea de que la región se mueve en un delicado equilibrio, donde un error de cálculo podría tener consecuencias de gran escala.
En el caso de Filipinas, las tensiones se concentran en el atolón Second Thomas Shoal, donde el ejército mantiene tropas en un área también reclamada por China. Durante 2024 y 2025 se registraron incidentes con barcos y guardacostas, que incluyeron el uso de cañones de agua y maniobras peligrosas, lo que llevó a Estados Unidos a reafirmar su compromiso de defensa con Manila.

Naciones que podrían desafiar a China y Estados Unidos
- Cooperación tecnológica y logística: acuerdos como Quad+ y la SCRI diversifican cadenas de suministro y fortalecen la infraestructura estratégica frente a China, complicando la planificación estadounidense.
- Alianzas militares en el Indo-Pacífico: India-Filipinas, Quad y AUKUS fortalecen la cooperación naval y de defensa, desafiando la influencia china y los movimientos estratégicos de EE.UU.
- Ejercicios navales conjuntos y patrullajes coordinados: maniobras entre India, Filipinas y aliados del Quad muestran preparación militar y envían señales de disuasión, aumentando la complejidad de la estrategia de China y EE.UU.
- Redes de seguridad regional: los pactos trilaterales entre EE.UU., Japón y Corea del Sur, junto con acuerdos de defensa con Filipinas y Australia, limitan la capacidad de maniobra de Pekín y Washington en Asia.
- Alianzas diplomáticas multipolares: la coordinación entre democracias asiáticas y potencias europeas amplía la influencia regional y crea un bloque de contención frente a decisiones unilaterales de China o EE.UU.









