

Colombia ha avanzado significativamente en su capacidad de respuesta ante emergencias e incorporó dos helicópteros Firehawk S-70. A través de esta inversión, el país será el primero en presentar este modelo por fuera de Estados Unidos.
Los helicópteros comprados por el Gobierno colombiano son una variante del conocido Black Hawk, fabricada por Lockheed Martin (Sikorsky). La decisión fue llevada a cabo luego de un acuerdo firmado entre la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) y la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC) durante la feria F-AIR Colombia 2025.
El convenio, además, tiene un valor de 37 millones de dólares y tiene como principal objetivo la lucha contra incendios forestales. Se espera que la llegada de estas aeronaves se de a mediados de 2026 y representa, según los especialistas, un salto cualitativo en la capacidad del país para combatir esta problemática.

Colombia avanza con su inversión en presupuesto y se compara con Estados Unidos
Los helicópteros comprados por el Poder Ejecutivo tienen la capacidad de transportar hasta 1.000 galones de agua y puede recargar ese volumen en tan solo un minuto con apenas 45 centímetros de profundidad. Esta eficiencia, además, supera ampliamente a la de los equipos que están actualmente disponibles en la región.
Además de su capacidad tecnológica para apagar incendios con mayor eficiencia, los helicópteros están diseñados para cumplir múltiples funciones y en menos de una hora, por ejemplo, pueden configurarse para funcionar como ambulancias aéreas y realizar transporte táctico.
El rol de la la Fuerza Aeroespacial Colombiana
La Fuerza Aeroespacial Colombiana tendrá la responsabilidad de manejar las unidades mientras que la Corporación de la Industria Aeronáutica Colombiana (CIAC) deberá cumplir con el acompañamiento técnico y administrativo del proceso de integración de los helicópteros Firehawk.

El proyecto será financiado con recursos del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo, lo que refleja el compromiso institucional por fortalecer la capacidad del país frente a emergencias climáticas y desastres naturales. Con esta inversión, Colombia no solo mejora su equipamiento, sino que se posiciona como referente regional en la incorporación de tecnología de punta para la protección del medio ambiente y la vida humana.













