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La reina emérita Sofía de Grecia y Dinamarca estaría padeciendo una adicción que genera gran preocupación en el centro de la familia real de la CoronaEspañola y sobre todo al rey Felipe VI. La monarca, que se encuentra en una edad avanzada, atraviesa un momento de salud delicado y preocupante para gran parte de su entorno.

Los medios nacionales informaron sobre una recaida en los últimos meses en el consumo del tabaco: si bien intentó mantenerse alejada durante mucho tiempo, la situación se habría agravado de acuerdo a las informaciones filtradas por la prensa.

La preocupación por el estado de salud de la reina Sofía fue en aumento después de que la monarca sufriera una infección respiratoria. Este padecimiento la obligó a mantenerse alejada durante un tiempo de casi todos sus compromisos oficiales. Según lo trascendido en la prensa española, este cuadro estaría vinculado con las consecuencias del consumo de cigarrillo.

Llora la Corona Española: la adicción de la reina Sofía

La adicción de la reina Sofía fue detallada en el libro Doña Sofía, escrito por los periodistas Carmen Enríquez y Emilio Oliva, la madre del rey llegó a fumar hasta diez cigarrillos por día durante su juventud, pero en su adultez intentó dejar este hábito por completo. Sin embargo, ciertas situaciones personales la habrían empujado nuevamente a fumar, entre ellas, destacan el fallecimiento de su hermano Constantino de Grecia y el deterioro de salud de su hermana Irene.

Su esposo, el rey emérito Juan Carlos I, que ahora mismo reside en Arabia Saudita, es conocido por su gusto por los puros, y según registros históricos, incluso Alfonso XIII, tatarabuelo de Felipe VI, era un fumador habitual. Esta tendencia en la familia Borbón-Glücksburg generó durante años un entorno permisivo, pero la avanzada edad de la reina y sus problemas respiratorios habrían marcado un punto de inflexión para sus médicos y allegados.

Preocupación en la Corona Española por el cuadro de salud de la reina Sofía

La infección respiratoria que afectó a la reina Sofía generó una fuerte alarma entre los profesionales médicos de la Casa Real. Aunque se recuperó sin complicaciones graves, el episodio dejó en evidencia el daño que el tabaco habría provocado en su organismo tras más de medio siglo de consumo.

En este contexto, el equipo médico le había recomendado con insistencia que abandonara el cigarrillo de manera definitiva, algo que no habría logrado hasta el momento. Según fuentes cercanas al Palacio de la Zarzuela, incluso trabajadores del entorno real habrían alertado a Felipe VI sobre la situación, preocupados por el deterioro físico de su madre.