

Los viajes en avión cuentan cada vez con más restricciones debido a las exigencias pretendidas por los aeropuertos acerca de los productos que puedes o no puedes llevar en tu valija. En este marco, se conocieron cuáles son estos elementos por los que podrías ser detenido y deportado a tu país.
Viajar con productos alimenticios, según las normativas impuestas por cada país y cada aeropuerto en particular, puede representar una infección grave que tiene a su vez consecuencias legales importantes para el pasajero. En muchas ocasiones, los detenidos ni siquiera se dan cuenta de lo que llevan en su valija.
En países como Estados Unidos, Australia y Japón, las autoridades de control fronterizo aplican duras políticas con el objetivo de proteger la agricultura local, la biodiversidad y la seguridad sanitaria. De esta manera, cualquier alimento que ingrese al territorio sin ser declarado puede simbolizar un riesgo potencial.

Alerta aeropuerto: los alimentos por los que podrían detenerte y deportar
Desde las frutas secas hasta los embutidos, como así también semillas o productos lácteos, se encuentran sujetos a inspección y, en ciertos escenarios, a una prohibición total que implicará una falla por parte del pasajero. En Estados Unidos, por ejemplo, esta acción es llevada a cabo por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
El organismo norteamericano, según la legislación actual, impone multas económicas que varían según la gravedad del delito y que desemboca en la confiscación inmediata del producto en cuestión. En muchos casos, si se trata de un alimento de alto riesgo, la persona podría ser detenida.
Aeropuertos: ¿cuáles son los alimentos generalmente prohibidos?
Si bien la legislación varía según el país y el aeropuerto en el que te encuentres, existen ciertos alimentos que generalmente se encuentran terminantemente prohibidos y que no puedes llevar arriba del avión. Algunos de ellos son:
Frutas frescas (manzanas, naranjas, mangos, etc.)
Verduras frescas (lechuga, tomates, pimientos, etc.)
Carnes frescas o procesadas (jamón, salami, embutidos)
Productos lácteos (quesos, mantequilla, leche)
Huevos y productos derivados
Semillas y granos sin procesar

Plantas y flores frescas
Productos en conserva caseros (mermeladas, salsas)
Pescados y mariscos frescos o congelados
Frutos secos sin procesar (nueces, almendras, etc.)
Miel y productos apícolas
Hongos frescos o secos
Alimentos preparados en casa (platos cocinados sin control sanitario)
Bebidas alcohólicas caseras o sin etiquetar
Productos cárnicos o derivados de animales no certificados (como caza)












