En una noche única, los fuegos del restaurante El Mercado del Hotel Faena se encendieron para cocinar junto al reconocido chef Francis Mallmann, históricos bodegones del barrio de La Boca y el premiado El Preferido de Palermo.
¿La razón? Unir a través de la cocina y los fuegos a dos barrios vecinos -Puerto Madero y La Boca- mediante una gran mesa familiar y solidaria en una cena a beneficio de la Fundación Argentina de Trasplante Hepático.
"Sabores de Bodegón", el nombre que tuvo este evento que reunió a más de 100 invitados el pasado 2 de octubre en el El Mercado en Puerto Madero, nació de una charla entre Pancho Prieto Cané, director gastronómico del grupo Faena, y el periodista Leandro Vesco.
"Quisimos hermanar a dos barrios aparentemente antagónicos entre sí en la actualidad, pero con un pasado en común: la actividad portuaria. Dos barrios que en el pasado tuvieron como dinámica barrial similar con el puerto y que estuvieron siempre al margen del centro de la Ciudad", cuenta Vesco en diálogo con El Cronista.
Los bodegones invitados fueron Don Carlos y El Obrero, dos clásicos de La Boca con mucha historia en Buenos Aires, que trajeron sus emblemáticas recetas de pastas y tortillas al lujoso restaurante del hotel de Puerto Madero con la idea de tender un "puente gastronómico" entre ambos barrios.
Al evento se sumaron Guido Tassi, de El Preferido, y Francis Mallmann, vecino de La Boca hace más de 30 años, quien tomó la posta de los fuegos y orquestó la velada solidaria en beneficio de la fundación que también se encuentra en este barrio y que alberga a pacientes sin recursos que deben quedarse en Buenos Aires por su tratamiento.
Todos juntos con Emiliano Yulita, Chef Ejecutivo de El Mercado, armaron un menú colaborativo que contó con 5 entradas, 4 platos principales y 5 postres, acompañados por vinos de la Bodega Catena Zapata.
"Quisimos abrir las puertas de El Mercado a los bodegones más importantes de La Boca con un referente como Guido Tassi para que cocinen junto a Emiliano Yulita. Lo juntamos con la idea de hacer una cena recaudación de Francis y ahí cerró todo", resume Pietro Cané, el gran anfitrión de la noche.
"El Mercado tiene mucho que ver con esto porquesu construcciónfue inspirada en El Obrero, como el comedor de las familias, del barrio. De hecho el portón principal de la entrada fue pensado para siempre estar abierto, por eso armamos toda esa cocina de fuegos afuera, inspirada en las antiguas casonas tipo chorizo. En plena Ciudad, tenemos toda esta construcción de comedor que nació como un bodegón y que se terminó transformando en un bodegón de fuegos con gran producto local", explica Pietro Cané sobre el restaurante.
Mallmann, El Obrero, Don Carlos y El Preferido en una noche única en El Mercado
Durante una noche, en El Mercado se revivió la esencia de los bodegones porteños: aromas entrañables, recetas tradicionales y el ritual de compartir la mesa a lo grande.
El menú tuvo los fuegos distintivos de Francis, quien hizo una marucha a la plancha con chimichurri, y mucho saboe de bodegón: El Obrero llevó su tradicional tortilla de papas y sus ravioles de espinaca, Don Carlos aportó una caponata de tomate, berenjenas y morrones y sus clásicas albóndigas de carne, y El Preferido sumó una cremona, charcutería y sus deliciosos helados.
Jugando de local, no faltaron platos emblemáticos de El Mercado, como la pestaña de ojo de bife (un corte que se consigue en pocas parrillas de la Ciudad) estacionada durante 21 días.
Este corte, que consiguen de vacas Angus certificadas en alianza con el frigorífico Muge, es la estrella El Mercado y fue uno de los platos más celebrados de la noche.
"La pestaña viene del ojo de bife, es una cejita que cubre el centro del ojo y separamos. La maduramos durante 21 días al vacío. Ahí creemos que es el mejor día para su cocción, porque no cambia en sabor pero sí en terneza. Le damos una cocción directa con quebracho colorado, en parrilla tradicional, de ambos lados, y la dejamos reposar antes de servir para que concentre sus jugos. Ofrecemos comerla entre bleu y muy jugosa", cuenta el chef sobre los secretos de este plato.
De postre, para concluir la noche con broche de oro, hubo degustación de alfajores argentinos de Francis, helados caseros de El Preferido, vainillas crema y dulce de leche de El Obrero, sfogliatella de Don Carlos y flan tres leches de El Mercado.
"Fue una manera de homenajear ese recetario tan familiar y característico que formó nuestra cultura, con todo lo italiano, como la tortilla y el helado. Tender un puente gastronómico, porque la cocina une lo que a veces la política separa", resumió Vesco sobre la noche.
