
Las creencias sobre la vitamina C están llenas de mitos, como su supuesta capacidad para prevenir el resfrío. Aunque se ha popularizado la idea de que consumir cítricos o jugo de naranja frescoevita enfermedades, lo cierto es que su eficacia es distinta a la que muchos creen.
Conocé qué hay de cierto en estas ideas y cuáles son las mejores formas de incorporar vitamina C en la dieta diaria.
Los mitos más comunes sobre la vitamina C y su efecto en el resfrío
Uno de los mitos más extendidos sobre la vitamina Ces que tomar un vaso de jugo de naranja recién exprimidoevita el resfrío y que, si se deja el jugo sin consumir al momento, las vitaminas "se escapan". Esta creencia popular ha perdurado por generaciones, pero no refleja la realidad científica.
Según explica la nutricionista Cristina Ávalos Martínez en el portal de ABC, las vitaminas no desaparecen mágicamente si el jugo queda expuesto al aire.

Lo que sucede es que la vitamina C, siendo poco estable, pierde parte de su capacidad antioxidante al estar en contacto con el oxígeno, pero no se evapora ni desaparece por completo.
Otra falsa creencia es que consumir vitamina C a diario puede prevenir los resfríos. Si bien esta vitamina es importante para el sistema inmune, no existe evidencia concluyente que respalde su capacidad para evitar que te resfríes.
Sin embargo, lo que sí es cierto, como aclara Ávalos, es que la vitamina C puede reducir los síntomas y acortar la duración del resfriado gracias a sus propiedades antioxidantes. Por lo tanto, aunque no previene la enfermedad, su consumo puede ayudar a sentirte mejor más rápido si ya estás resfriado.

Cómo asegurar una ingesta adecuada de vitamina C en tu dieta
Para aprovechar al máximo los beneficiosde la vitamina C, es clave incorporarla a tu alimentación diaria, ya que el cuerpo no la almacena fácilmente. Esto significa que necesitás consumirla de forma regular para mantener niveles óptimos:
- Consumí frutas ricas en vitamina C: priorizá los cítricos como naranjas, limones, mandarinas y pomelos. También podés sumar frutillas, frambuesas, moras, arándanos, kiwis, piña, mango, melón y sandía.
- Incorporá verduras a tus comidas: verduras como morrón rojo y verde, brócoli, kale, coliflor, espinacas, berros, rúcula, acelga, tomate y boniato son excelentes fuentes de vitamina C que pueden integrarse fácilmente a tus platos diarios.

















