Las vacaciones de invierno se acercan y, por su cercanía, Chile se convierte en un destino atractivo para tomarse unos días de descanso. Los atractivos del país trasandino se multiplican durante la época estival y es posible realizar varias actividades que se aprecian mejor cuando la temperatura baja.

Roberto Olivares Valenzuela

Santiago, siempre cerca

En la capital chilena se pueden encontrar una diversa oferta de actividades culturales, paseos, shopping y diversión. De hecho compras y buena gastronomía son dos experiencias que combinan a la perfección en Santiago de Chile.

Para quienes busquen hacer compras, en las comunas de Las Condes y Vitacura -especialmente en la calle Alonso de Córdova- se pueden encontrar reconocidas marcas de diseñadores europeos, estadounidenses y sudamericanos. Allí moda, galerías de arte y diseño se mezclan con bellas terrazas de cafés, restaurantes y bares.

El Barrio Italia es otro de los lugares que marcan tendencia en la capital chilena. Este antiguo y tradicional barrio ha tenido un potente auge en las últimas décadas: pasó de ser un lugar residencial a estar lleno de actividad, con muchas boutiques, cafés, restaurantes, talleres y vida social.

El barrio se ha convertido en un nuevo núcleo comercial y gastronómico, con diseñadores emergentes, novedosas tiendas y propuestas que mezclan las nuevas tendencias con la esencia y el carácter único del barrio. Ofrece un circuito de diseño, cultura y moda con tiendas de diseño y decoración, así como también talleres de mueblistas y anticuarios.

Para los amantes del buen comer, la tendencia en restaurantes de Santiago ha sido durante las últimas décadas crear centros donde se concentra una gran oferta gastronómica. Así, cada barrio propone un sector, una calle o “patios con diversos restaurantes de estilos y cocinas bien diferentes.

BordeRío es una distinguida zona de Vitacura que bordea el emblemático río Mapocho, ofreciendo una linda vista durante el día y entretenimiento en la noche. Aquí se sitúa una gran cantidad de restaurantes, pubs, bares y cafés que ofrecen la más grande diversidad de sabores: comida chilena, mariscos, cocina del mundo, sabores exóticos, asiáticos, árabes y varios restaurantes europeos.

Por su parte, Barrio Italia también ofrece muchos bares, cafés y restaurantes con estilos diversos.

Vinos y maridaje por el Valle Central

Otra de las propuestas para disfrutar de Chile durante las vacaciones de invierno es mediante sus vinos y gastronomía. En la gran mayoría de las viñas del Valle Central existen restaurantes con renombrados chefs que proponen maridajes de gran valor, tanto en los vinos como en los productos autóctonos de la zona.

En los Valles de Colchagua y de Cachapoal se podrán encontrar vinos de excepción, de diversas cepas como el Syrah, Merlot y principalmente el Cabernet Sauvignon, que se destacan por su madurez y potencia.

En la misma zona también se puede probar el cordero del secano costero o las hamburguesas de costillar de cordero, junto con hortalizas verdes y tomates cherry salteados.

En el Valle de Casablanca la propuesta es variada y contundente, ya que muchos chefs encontraron la oportunidad de demostrar su talento culinario y ofrecer platos refinados, los cuales maridan con vinos de cepas como el cabernet franc y syrah.

Algunos de los cortes de carnes que se pueden degustar en esta zona son el Emú y la de Wagyú, cuya dificultad en el proceso de elaboración es proporcional a su sabor y textura.

Vivir la montaña

Si bien el deporte blanco es un must del invierno en la Cordillera de los Andes, la montaña ofrece un sinfín de intereses paralelos a los deportes de nieve: trekking en bosques nativos, cabalgatas, randonées y relax en las termas.

El sur chileno tiene un aura especial durante la época hibernal. Dentro de los territorios indígenas y los Parques Nacionales de la región de la Araucanía se puede encontrar lagos cordilleranos, extensos y abundantes bosques, montañas, termas y volcanes.

Un paseo recomendado como novedad de invierno en Chile es el Volcán Lonquimay, cuyo recorrido está marcado por senderos repletos de milenarias araucarias. El ascenso y descenso del cono volcánico puede hacerse en un día, y desde la cima se puede observar el cráter y apreciar una vista panorámica de los otros volcanes que lo rodean.