

La diseñadora de indumentaria Carolina Aubele es reconocida por sus colecciones sofisticadas, femeninas y versátiles que exporta a Estados Unidos, Europa y Japón. De hecho, varias de sus piezas fueron publicadas en medios como The New Yorker, Teen Vogue y Marie Claire. E incluso ha vestido a celebrities de la talla de la top model Tyra Banks y la actriz Eva Longoria.
Aubele comenzó a diseñar hace 20 años. Se formó en el Saga International Design Center de Copenhague, en el Domus Academy de Milán y, en asesoramiento de imagen, en el House of Colors de Londres. Multifacética, como la mujer a la que dirige sus diseños, Aubele posee una visión amplia de la moda que traduce en propuestas tendientes a que cada persona sepa reconocer su look más adecuado y personal.
Su Maison Aubele, en Palermo, es su casa de muñecas. Prolija, luminosa, apacible y, al mismo tiempo, enérgica... Es una foto de su personalidad. Allí, además de su showroom, funciona el instituto de enseñanza especializado en moda y asesoramiento de imagen para particulares y empresas donde desarrolla una mirada integral que no pretende estar enfocada en el último grito de la moda sino en las verdaderas necesidades de una mujer a la hora de vestirse en línea con su estilo de vida y su manera de ser.
En esa casona, en su patio y en su oficina, el blanco es protagonista y enfatiza el espíritu etéreo y sereno que allí se respira. Al entrar, dan la bienvenida dos grandes cuadros, también blancos y minimalistas, firmados por Aubele. En ellos se lee Beauty y Love is the beginning. "Está bueno que la pared te esté hablando con palabras que considerás importantes. En este caso particular, cada persona que entra, así sea para una reunión de negocios, lo hace despojada de agresión. Creo que son conceptos que te predisponen diferente", apunta la empresaria que encontró, en las artes plásticas, un medio de expresión liberador: "Es mi laboratorio de ideas, en el que muchas veces surgen conceptos para las colecciones. Y es un espacio donde no todo tiene que ser genial. Además, aprovecho para experimentar estéticas nuevas. Total, si sale mal, no pasa nada. En cambio, experimentar al mismo nivel en una colección es más difícil porque está en juego la inversión. Y, cuando tenés una marca instalada, si vas a correr riesgos, tienen que ser paulatinos".
Por si fuera poco, esta fresca dama es también directora de cine, disciplina que, entre otras cosas, le permite producir gran variedad de comerciales internacionales con autonomía. Además, suele ser convocada por universidades del exterior para dictar conferencias como referente fashion.
Y precisamente ese contacto con féminas que buscan aprender a encontrar su estilo y a tomar la moda como una herramienta en lugar de una exigencia, es una de las situaciones que más disfruta. Por eso, al pool de servicios que ofrece se sumó, recientemente, su libro Secretos del vestidor (Aguilar), una guía de tips y reflexiones para tener en cuenta a la hora de vestirse. Y, antes de fin de año, lanzará una versión para embarazadas, "una etapa en la que, en general, las mujeres no se sienten bien con su imagen".
Todas estas iniciativas -y el feedback- es "lo que más me nutre, lo que más me llena. Es sentir que hoy hice algo bueno por una mujer que tenía mente machista, que se vestía en base a sus complejos o que sentía que la miraban y la juzgaban. De alguna forma, para quienes tienen complejos, es bastante liberadora la manera en que encaramos el tema desde la maison: podés vivir la moda de una forma inteligente o dejar que te esclavice". Y, en ese sentido, advierte que "hay una manipulación muy grande del mercado femenino. La mujer decide muchas cosas y se transformó, entonces, en un target muy fuerte. Lo ves en los comerciales que se filman: que le prometan que su familia la va a querer más porque usa determinado detergente, es terrible. Entonces, si puedo influir para desmitificar... La moda es muy tirana. Por eso no hay que tomársela tan en serio. Si no, el mensaje es que nunca es suficiente. La llamo la industria de la insatisfacción", revela.
Teniendo en cuenta su postura crítica, ¿cuáles son los errores más comunes que cometen las mujeres a la hora de vestirse?
El más grande es cuando se nota que quisieron vestirse bien. También cuando no lo hacen pensando en ellas sino en lo que opina el entorno. Muchas se visten a partir del complejo. Empiezan por ocultarlo y después ven cómo complementan el resto del equipo. Y así no funciona: así siempre hay un desequilibrio. Otro error es cuando no pueden ver sus partes hermosas y están concentradas en los no.
Frente al guardarropas, ¿por dónde empezar?
Hay que pensar que no es un enemigo sino un aliado. Tiene que ser una caja de herramientas, la extensión de una misma. Tiene que servirte a vos, que no tenés tiempo, para que te vistas rapidísimo. Y eso significa que te conocés y que sabés lo que te queda bien. Otro consejo importante es que, todas las temporadas, una tiene que dedicarle unas cinco horas de un sábado a la tarde. Hay que estar sola, tranquila, te podés hacer un café, un mate o lo que sea, y encontrar la manera de vestirte rápido en los próximos seis meses. Y no podés obviar una regla: lo que no usás hace dos años es dudoso que lo vuelvas a usar. Es bueno pasar por un asesoramiento de imagen porque, si sabés cuáles son tus colores y diferenciás lo que te queda bien de lo que no, después todo es más veloz. Así, el consumo de ropa se convierte en una inversión: si tengo que ir a trabajar todos los días, tengo que armar unos 15 conjuntos para evitar pasarme 20 minutos por día dudando. A partir de ahí, te levantás y te ponés un equipo sin pensar.
Chica de tapa
Aubele también se ocupa de barrer con los prejuicios que rodean al métier de los personal shoppers: "El principal servicio que te tienen que brindar es enseñarte a vestirte de modo que tu tiempo y tu inversión se optimicen". Y evalúa que su mayor preeminencia se vincula con el hecho de que "la exposición pasó a ser normal en la vida cotidiana. Mirá Facebook. Además, cualquiera tiene una reunión o una conferencia. Entonces, las primeras impresiones empiezan a ser muy importantes. Es muy injusto, pero es muy real. Ahora, la gente se comunica con coherencia entre su manera de trabajar y su imagen. Si sos eficiente, tenés que verte eficiente".
En ese sentido, la diseñadora apunta que aquella coherencia debe ser aún más ajustada en el caso de las celebrities porque, generalmente, su trabajo está anclado en la imagen. Y revela que son ellas las que seleccionan qué lucir aunque sus estilistas personales las ayudan a la hora de producir las opciones de vestuarios que necesitan.
¿Cómo conoció a la supermodelo Tyra Banks?
Cuando trabajás en Estados Unidos, tenés un agente de prensa que es quien negocia todo: una, como diseñadora, tiene las medidas de la modelo y manda los vestidos desde acá. A Tyra la vi una vez. Es una mujer increíble que siempre le da lugar a los diseñadores emergentes. En la revista Essence, que es como la Vogue del mercado afroamericano en Estados Unidos, apareció en la tapa con un vestido mío. ¿Cómo se llega a eso? El estilista busca varios vestidos entre los diseñadores. Luego, los agentes de prensa los envían para la producción fotográfica. Pero llega Tyra, por caso, y ningún estilista le dice lo que se va a poner. Ella ve todas las opciones y elige uno. Así me conoció y me preguntó por mi trabajo.
Por otra parte, Aubele opina que los realities donde se busca cambiar el look de la participante no suelen ayudar. "El asesoramiento de imagen es algo muy sanador si está bien hecho. De alguna manera es liberador, porque te sacás de encima una carga diaria que tiene que ver con la imagen. Pero la mayoría de esos programas se concentran en la parte histérica de la moda, en los sí y los no. ¡Y la moda se trata de puros matices!".
Diseño for export
Carolina Aubele está en plena promoción de su próxima colección primavera-verano. Está inspirada en el corazón humano como generador de emociones y de energía. El corazón, con un diseño victoriano, es, además, un ícono de su marca. "La colección es toda blanca, con toques de gris y natural. Aplico, en mi ser monocromático, pequeños matices para que sea funcional a las distintas mujeres. También hay mucha textura arrugada, lavada y nada planchada. La hermosura de la imperfección. Es una colección muy femenina y etérea", describe.
Sus colecciones se venden en Estados Unidos, Europa y Asia. ¿Cómo es que mujeres de culturas tan diversas eligen comprar lo mismo?
Es interesante la pregunta. Cuando diseñás para un mercado global tenés que conectarte justamente con eso, con lo globalizado. Las marcas que venden en todo el mundo no tienen en cuenta cuestiones regionales. Por eso, a mí me cuesta mucho vender en el país: a nivel consumo, la mentalidad es muy argentina. Y cuando tenés que conquistar a una parisina, una neoyorquina y una tokiota, tenés que pensar en determinados códigos que están relacionados con una estética ligada a un estilo que te diferencie. Sólo así podés entrar a un mercado altamente competitivo. En mi caso, vendo en un showroom en Nueva York, donde parece que está todo inventado. Y entrar en ese circuito me dio un feedback importante: de la venta empieza a surgir un diálogo que te da más forma y fuerza.
¿Texturas y talles definen un estilo, tanto para la consumidora como para la diseñadora?
Hay que tener cuidado con la moldería y contar con muchísimos talles. Hago del 4 al 12. En Japón, por ejemplo, piden todo chiquito. En Alemania, demandan un montón del talle 12. Y, en Los ngeles, hasta el 10. Desde ya, no trabajo con molderías que sean para cuerpos latinos, es decir, con muchas curvas, porque no los vendo. Diseño muchas chaquetas de cuero y abrigos, también vestidos de noche y para cóctel, y muchas faldas. En general, trabajo casi en un 90 por ciento con texturas biodegradales -algunas orgánicas- y nada de sintéticos. Eso ayuda a la venta en el exterior, claro. Pero, en verdad, lo hago por convicción, porque pienso que es lo más sano para el cuerpo. Además, trabajo con materias primas argentinas -excepto en algunos casos en los que utilizo géneros de algodón peruano- que, a veces, son muy rústicas. Y es una ventaja porque en Japón, por ejemplo, cuanto más rústico, pesado y chunky, mejor. Así que, en rigor, presentás una colección pero cada mercado compra una parte para nutrirse de lo que necesita o de lo que piensa que le aportás. Hay que calcular que para Los ngeles, donde más vendo, hay que tener opciones para usar con jeans porque esa gente, desde que se levanta hasta que se va a dormir, los usa. En cambio, la mujer de Nueva York consume más vestidos, es más práctica y versátil, ya entendió que las prendas no tienen un momento del día específico para ser usadas, sino que todo depende de cómo combinás tu guardarropas.
¿Y cuál es la principal diferencia entre las fashionistas europeas y estadounidenses?
En Estados Unidos tienen una cultura de consumo más bien adicta y acumulativa, consideran a la ropa como algo descartable. El europeo, en tanto, tiene una consistencia cultural que ancla en la arquitectura, el arte y la historia.
¿Cómo es, actitudinalmente, su clienta?
Es independiente y contemporánea, está al tanto de lo que se usa. Tiene entre 28 y 50 años. Muchas son art dealers, diseñadoras de otros rubros, gente de cine o artes visuales. Son mujeres que aprecian lo diferente, con un look muy personal, y que combinan piezas de la colección con otras a las que les dan un uso que quizás no pensé cuando las diseñé, pero queda buenísimo.
¿Lo que tiene en consideración a la hora de comprar es lo mismo que cuando diseña?
Sí, siempre. Pienso que tiene que ser ropa que haga más linda a una mujer. La moda conceptual y artística no me identifica. Para mí, tiene que estar más al servicio de la belleza que a una cosa expresiva. Creo que tiene que ver con que también soy mujer, tengo un cuerpo que no es perfecto y cuando me visto, por mi trabajo, tengo una demanda muy grande de ropa. Es como ir al dentista: ¡Todos le miramos la dentadura! (carcajadas). A mí me pasa también. Igual, me relajo mucho con el tema de mi imagen. Me pongo cosas que me gustan y me divierten. No estoy todo el día disfrazada de diseñadora.










