

Por Pablo Plá, Presidente y Gerente General de Ingredion Cono Sur
La población urbana creció a pasos agigantados en el siglo XX. En 1950 la cifra de habitantes en ciudades era de 751 millones, mientras que en la actualidad está en el orden de los 4200 millones. Y todo indica que seguirá creciendo ¿Cuáles son los aspectos fundamentales para acompañar estos cambios y garantizar un futuro sostenible y saludable?
El mundo se enfrenta a un nuevo desafío: mucha gente, concentrada en muy poco espacio. Según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, para 2050 el 68% de la población global vivirá en zonas urbanas. En esta búsqueda de soluciones, se abren tres caminos que, combinados, pueden traer resultados exitosos.
Construcción
Cómo dijo el gran César Pelli en una entrevista al periódico italiano La Repubblica: "Las grandes ciudades solo tienen dos formas de crecer: expandirse horizontalmente o elevarse verticalmente. La segunda es la única sostenible".
Frente a esta premisa, surge la construcción modular de rascacielos, que comienza, paulatinamente, a reemplazar a la tradicional. Se trata de un método sumamente innovador y sostenible, que consiste en pre fabricar soluciones individuales para luego ensamblarlas en el lugar.
Entre sus principales beneficios, se encuentran: la disminución de costos operativos, la aceleración de los tiempos, una mejora en la calidad de los resultados y, sobre todo, mayor previsibilidad respecto a la duración de las construcciones. De acuerdo con un reciente estudio de McKinsey, la construcción modular de rascacielos podría significar u$s 130.000 millones del mercado para 2030 en Estados Unidos y Europa, con ahorros de costos anuales de u$s 22.000 millones.
Transporte
Mejorar la movilidad urbana es una prioridad para crecer de manera sostenible. Una de las principales motivaciones es la necesidad de reducir la contaminación del aire. En Estados Unidos, por ejemplo, la industria del transporte contribuye al 28% de las emisiones de gases de efecto invernadero. En Europa, 400.000 personas mueren prematuramente cada año por causas relacionadas con la mala calidad del aire.
El cambio de conducta ya está en marcha, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. De acuerdo con el Índice IESE Cities in Motion (ICIM), las cinco ciudades con mejor "movilidad y transporte" en 2018 fueron: París (Francia), Londres (Reino Unido), Seúl (Corea del Sur), Nueva York (Estados Unidos) y Shanghái (China).
La pregunta sería, ¿qué hicieron estas ciudades que puede tomarse como ejemplo? Si bien cada una tomó sus decisiones, en función de sus propias necesidades, en líneas generales, lo que hicieron fue: promover un mayor uso de bicicletas compartidas y de libre acceso; trenes y subtes de alta velocidad, con frecuencia casi las 24 hs y con puntos de conexión en toda la ciudad; más rutas aéreas de entrada; y más opciones de conectividad entre los distintos sistemas de transporte público.
Respecto al transporte individual, también optaron por otorgar incentivos para el uso de vehículos eléctricos y vehículos compartidos; impulso de vehículos con sistemas de propulsión menos contaminantes; y una fuerte campaña cultural y educacional sobre la movilidad sostenible.
Espacios verdes
La distribución de la vegetación de cualquier ciudad es una herramienta política, en pos de la equidad social y la salud de la población. Los árboles son capaces de regular la temperatura del ambiente, reducen las emisiones de carbono y la contaminación atmosférica, controlan y reducen las aguas de tormenta y las inundaciones. Pero, además, constituyen espacios de paseo y ocio que contribuyen a una vida más saludable y feliz. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tener entre 10 y 15 metros cuadrados de espacios verdes por habitante.
En esta línea, surge el concepto de "Bosque Urbano". En palabras de Rubén Pesci, presidente del Foro Latinoamericano de Ciencias Ambientales (FLACAM), significa "el conjunto de recursos naturales: agua, suelo, clima, paisajes, plantas y organismos asociados, que se desarrollan relacionados con asentamientos humanos (pueblos y ciudades), cerca de edificios, en jardines públicos y privados, en parques urbanos de diversa escala, en lotes baldíos, cementerios, etc., así como en las áreas agrícolas, forestales y naturales, localizados en áreas urbanas y periurbanas".
Gobierno Inteligente
Ninguna ciudad inteligente está completa si no es acompañada por políticas públicas eficientes y más transparentes de cara a la ciudadanía. Como reza un informe de McKinsey: “La inteligencia no se trata solo de instalar interfaces digitales en la infraestructura tradicional o de optimizar las operaciones de la ciudad. También se trata de utilizar la tecnología y los datos con un propósito para tomar mejores decisiones y ofrecer una mejor calidad de vida .
En este sentido, ya se destacan soluciones de: vestimenta inteligente, que equipan a los agentes de policía con información en tiempo real para tomar mejores decisiones; de información abierta, que hace que los datos estén disponibles y accesibles para cualquier ciudadano, lo que contribuyen a la transparencia del gobierno y las iniciativas de ciudades inteligentes; y plataformas de gestión, que recopilan datos de diferentes áreas, como los niveles de contaminación y la densidad del tráfico, para gestionar mejor las urbes.
"Todos tenemos nuestra casa, que es el hogar privado; y la ciudad, que es el hogar público", decía el político y ensayista español Enrique Tierno Galván. Los desafíos que nos plantea el presente, para garantizar un mejor futuro, no son imposibles si hay decisión y si cada uno asume un rol activo. ¿Qué te gustaría aportar a la ciudad del futuro?



