A partir del 2020, la demanda por la información ESG (Ambiental, Social y Gobierno Corporativo) cobró mayor relevancia como así también una demanda creciente de transparencia por parte de la sociedad, inversores, gobiernos (a través de regulación) y otros grupos de interés, para que las empresas publiquen cada vez más información de la gestión de estos temas.
El proceso de generación de reporte de sostenibilidad debe ser entendido como una herramienta de gestión y rendición de cuentas, ya que permite visualizar las brechas que existen entre las expectativas de los grupos de interés y la realidad. Es importante que las empresas realicen un análisis de materialidad y puedan visualizar la totalidad de los aspectos concretos en temas de ESG que generan impactos (positivos y negativos). El reporte no debe ser un objetivo en sí mismo, si no un medio para comunicar las cuestiones relevantes. Un reporte robusto implica un proceso de diálogo y entendimiento, que conlleve la generación de capacidades en forma transversal en toda la organización.
Es fundamental realizar un diagnóstico integral periódico por parte de las empresas para conocer dónde se encuentran situadas en materia de sostenibilidad y construir así, una hoja de ruta para su desarrollo. Existe un recorrido de madurez de las compañías en materia de ESG donde se pueden definir 5 estadios de madurez para la estrategia ESG.
El primero es denominado "defensivo" referido a una organización que no posee una estrategia de sostenibilidad, no gestiona sus grupos de interés y por ende no reporta acerca de su gestión. Luego, está el de "cumplimiento" que ocurre cuando la organización aborda únicamente cuestiones sectoriales clave en materia de sostenibilidad, realiza una gestión mínima de las demandas de los grupos de interés y reporta un conjunto limitado de indicadores, consolidados en un informe de sostenibilidad. A esos dos, les siguen los estadios llamados "directivo", "estratégico" y "propósito", donde en líneas generales las organizaciones poseen una estrategia de sostenibilidad incorporada a la estrategia corporativa que, en mayor o menor medida, ayuda a gestionar los asuntos relevantes para los grupos de interés. Estos niveles de madurez implican contar con un área en la organización que administre los programas de mejora y recopile los indicadores, plasmados luego en un reporte anual de sostenibilidad y verificación externa. Este trabajo permite, asimismo, que el Directorio esté cada vez más involucrado, revise el desempeño en materia de sostenibilidad y establezca objetivos y metas a cumplir.
Un rol fundamental en este proceso es el uso de herramientas que permitan contar con información oportuna y precisa requerida para una gestión acorde a las expectativas de los grupos de interés. En el mercado existen varias soluciones informáticas que permiten migrar de un proceso de compilación periódico y manual de datos a una gestión sistematizada e integrada al negocio. El cumplimiento de objetivos de ESG deben estar entre los temas centrales de la agenda estratégica de una empresa si quiere ser reconocida por sus públicos de interés y generar un cambio en la forma de hacer negocios, con una mirada en el largo plazo y el triple impacto.
Romina Bracco es socia líder de Sostenibilidad y ESG de KPMG Argentina. María Begue es gerente de ESG y Sostenibilidad de KPMG Argentina.
