Nadie tiene la bola de cristal. Sin embargo, sí se pueden elaborar estrategias a partir de la proyección de escenarios futuros, en base a datos del presente. E imprevistos totales, como la pandemia de coronavirus, sirve para identificar las variables que acelerarán, u obligarán a modificar, esa planificación.
El diseño de escenarios futuros es una metodología que gana lugar entre las empresas. "La idea es tratar de proyectar para descubrir amenazas y oportunidades. Parar la pelota, mirar el escenario y tomar decisiones más inteligentes", define Alejandro Repetto. Ingeniero en Informática, graduado en la Facultad de Ingeniería del Ejército Argentino, también tiene una especialización en Criptografía y Seguridad de la Información.
Repetto estudió en el Politécnico de Milán, donde hizo una maestría en Ciencias de la Computación y Gestión Estratégica de Proyectos de Tecnología. También participó en Singularity University, la meca intelectual de Silicon Valley, donde fue practitioner del Institute for the Future. Desde hace más de 15 años que ejecuta lo aprendido allí en el Centro de Investigación del Ejército Argentino, a la vez que incursionó como entrepreneur con la tecnologica Inipop y la consultora Robosophy.
Cofundó estos proyectos con Enrique Cortés Funes, a quien conoció en el Institute for the Future. Abogado (UBA), con un master en Lógica y Filosofía de la ciencia de la Universidad de Granada (España), su experiencia en Palo Alto le valió impulsar y dirigier el proyecto del primer vehículo autónomo de América latina para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Actualmente, ambos trabajan en unos 40 proyectos de distintas empresas, donde aplican esta metodología, que, en el campo corporativo, consiste en delinear polítidas de largo plazo que se anticipen a las disrupciones de cada industria. Algo muy distinto, aclaran, a hacer futurología.
"Cuando se diseñan futuros, se debe salir del contexto actual porque hay ruido", dice Cortés Funes. El objetivo, agrega, es generar escenarios futuros para tomar decisiones de manera coherente. "Diseño de futuros para transformar el presente", la frase que resume el concepto y que, además, titula a un libro que coescribieron.
Los tres ejes
Aunque suene paradójico, desconfiar de los gurúes del futuro. No caer en tendencias que son fotos del pasado. Y ser precavidos con la coyuntura, que puede ser muy inestable y provocar decisiones apresuradas. Son los tres pilares básicos sobre los que hace eje la metodología, explican.
Aclaran que el análisis de escenarios futuros no es el mismo para una empresa de logística que para un banco. Sin embargo, identifican dos temores comunes entre las empresas argentinas.
"En primer lugar, el reskilling", indican. "El área de recursos humanos presenta dificultades y miedos en cómo reentrenar a su capital humano y qué herramientas vale la pena incorporar, en línea con todos los cambios tecnológicos que están sucediendo", amplían.
Otro punto importante es el tecnológico. Fundamentalmente, la necesidad de entender cuál será el impacto de la inteligencia artificial, para saber qué cosas seguirán operativas y cuáles no. "Hay que apuntar a descubrir cuál es el core de negocio para reconvertirse a mediano plazo", explican.
Ejemplifican con un caso, con el que trabajan desde hace tres años: Gire, la dueña de Rapipago. Con el horizonte puesto en los próximos 15 años, elaboraron escenarios para el área de Transformación Organizacional, acerca del valor que tendrá la interacción humana. "¿Por qué las pesronas saldrán de sus casas, si todos los servicios serán digitales?", se preguntaron. Algo no menor, para una compañía que basa su negocio en el manejo de efectivo en más de 7000 locales físicos.
"La empresa encontró grandes oportunidades de transformación, detectando nuevos socios y casos de uso para amortizar y potenciar el activo de la red física, por medio de su digitalización", comenta Repetto. "Analizó y adaptó procesos ligados al mercado de cheques, anticipándose a la llegada del e-check cuando, todavía, no se había puesto de manifiesto en los medios", agrega.
Además, completa, Gire creó una división de "ecosistemas", con la idea de mejorar los skills internos, en función de un roadmap futuro que estuviera ligado a la inclusión financiera digital por medio de alianzas estratégicas con empresas de base tecnológica, start-ups y fintechs, que pudieran solidificar su propuesta de valor por medio de la colaboración y la co-creación.
Un imponderable como la pandemia de coronavirus, con los estragos que está haciendo en la economía, es imprevisible. Sin embargo, la metodología permite sumarla como un dato (sustancial) del presente para rehacer planes.
Si bien Repetto y Cortés Funes la definen como un "fenómeno transitorio", reconocen que la contundencia de sus efectos podría haber sido más liviana.
"Hay muchas consecuencias del escenario actual a las que se le puso el nombre de 'pandemia'. Pero, en el pasado cercano, ya había señales en esta dirección. Sobre todo, en cuanto a la aceleración en la incorporación de la tecnología a los quehaceres diarios, tanto en el hogar como en el trabajo.
En ese sentido, no minimizan el papel que la pandemia jugó como catalizador del cambio. "Las empresas se interesan en su futuro cuando aparecen el sentido de supervivencia y la amenaza", aseguran. "Pero lo malo es que, en estos casos, se pierden las oportunidades", aclaran.
