Lo que parecía un camino allanado después de varias idas y vueltas, volvió a enturbiarse. La venta del Banco Privado de Inversiones (BPI) a Banco Macro, operación que luego de seis años de negociaciones se concretó en abril pasado, sumó un nuevo capítulo. La Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo oficial que investiga el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, realizó varias denuncias contra BPI por supuestas “operaciones sospechosas –que podrían terminar en casos de lavado de dinero–, las cuales recayeron en el fiscal de la Cámara de Casación Penal, Raúl Plee.
Según trascendió, habría nueve ROS (registros de operaciones sospechosas) sobre las cuales el fiscal tiene que investigar o denegar el pedido de la UIF. Por lo pronto, Banco Macro seguiría con la adquisición de Banco Privado a pesar de las denuncias y las posibles multas económicas que le apliquen a la entidad en venta, las cuales –si el BCRA aprueba la operación– recaerán sobre la entidad compradora. Vale recordar que en otros casos similares hubo multas por $ 10 millones, lo cual podría ser un dolor de cabeza para Jorge Brito en el futuro.
De todas maneras, en lo formal, no hay nada que impida al Macro continuar con la operación. Incluso de confirmarse estas denuncias, las consecuencias penales recaerán sobre los antiguos dueños de BPI (Alejandro Manuel Estrada y Alejandro Carlos Estrada).
Según se comenta, el delegado de UIF en el Banco Central, Germán Salles, detectó ciertas irregularidades en los papeles presentados por BPI, los cuales despertaron la investigación. Algunas de las irregularidades, incluso, provienen desde la creación misma de Banco Privado. O sea, están investigando los fondos volcados para crear la entidad que opera en el sistema financiero desde 1993.
El desenlace dependerá de lo que el fiscal Plee determine con respecto a esta causa. Puede descalificar los pedidos de la UIF o lanzar una investigación que se prolongue en el tiempo. Para el Banco Central, que aún no aprobó la operación si bien los plazos no están vencidos, también podría condicionarlo si prospera la investigación a pesar de que la causa transita por otros carriles. Sin embargo, confirmar la venta cuando hay serias denuncias de lavado de dinero contra BPI no es indistinto.
Antecedentes
Sea como fuere, Brito pagó u$s 23,25 millones a Alejandro Manuel Estrada, Alejandro Carlos Estrada, Raúl Fernández y a la firma Privado LP para quedarse con el 100% de las acciones del BPI. Así, el Macro incorpora más de 450.000 clientes de tarjeta de crédito a su cartera e incrementa su presencia en la Ciudad de Buenos Aires. Hoy por hoy, el 90% de los clientes de la entidad están en el interior del país, fruto de las sucesivas compras que fue realizando a partir de mediados de los ’90 y que incrementó sustancialmente desde 2003. Salta, Jujuy, Misiones y Córdoba son algunos de los puntos más fuertes del Macro, que quedó con grandes excedentes de liquidez tras su salida a Bolsa en Nueva York hace tres años. El Macro es el segundo banco del país por patrimonio neto, el cuarto en activos, quinto por préstamos y sexto en depósitos. En tanto, el BPI es una entidad pequeña, cuyo principal atractivo es su cartera de tarjetas de crédito de alto poder adquisitivo.