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Después de un ciclo marcado por la incertidumbre electoral, la cautela inversora y una macro que dejó rentabilidades mínimas, las consultoras de búsqueda ejecutiva coinciden en algo: 2026 debería ser un año de mayor dinamismo, con más rotación, más decisiones de contratación y un mapa sectorial que vuelve a diferenciar ganadores y perdedores. El cambio de clima poselectoral, la expectativa de reformas y un horizonte sin comicios aparecen como los principales impulsores.

Este año vimos una afectación clara de la actividad, muy atada al ciclo económico”, explica Joaquín Lisazo, socio de Spencer Stuart Argentina. El frenazo preelectoral dejó entre dos y tres meses de paralización: búsquedas en standby, contratos demorados y propuestas sin firma. Pero el giro fue inmediato. “Se votó el domingo y esa misma semana se retomaron procesos que estaban frenados. Fue automático”.

Sin embargo, no todo se mueve igual. Los grupos nacionales y las compañías multilatinas —menos dependientes de aprobaciones globales— mostraron más agilidad para decidir. En cambio, “las multinacionales están en un momento de mayor retracción”, dice Lisazo. Aun así, hay sectores que nunca se detuvieron.

Si hay un consenso entre las consultoras es que oil & gas y energía seguirán al tope del ranking. El nivel de actividad se sostiene y la demanda de ejecutivos especializados no afloja. La minería, aunque afectada por la baja del litio, sigue siendo una gran promesa: “Hay muchos anuncios que todavía no se ejecutaron. El potencial es mayor a la actividad real”, agrega Lisazo. Para Pablo Rodríguez de la Torre, CEO de Korn Ferry Argentina, este sector será protagonista en 2026, especialmente si avanzan los proyectos vinculados al RIGI.

Sectores que se recalientan y otros que siguen fríos

El agro también aparece como ganador. Y en servicios financieros se observa un mercado estable, con dinamismo por la irrupción de fintech y nuevos jugadores que empujan la demanda de talento.

A nivel transversal, una expectativa fuerte es lo que pueda ocurrir con Vaca Muerta, que podría disparar nuevas búsquedas “si la economía acompaña”.

En 2024 y 2025, el consumo masivo y el retail fueron los más afectados por la caída de la actividad. Las empresas optaron por no reemplazar posiciones y evitar nuevas contrataciones. Aunque el cambio de ánimo poselectoral mejora el horizonte, todavía no se ve un repunte claro. “En principio deberían dejar de caer, pero la micro todavía no acompaña”, señala Rodríguez de la Torre.

Otra novedad es que por primera vez en años se frenó la salida de ejecutivos argentinos al exterior. Incluso comenzó a reactivarse el regreso de profesionales que quieren volver al país. “El ejecutivo argentino siempre quiere volver. Después de las elecciones vimos un rebote fuerte”, cuenta el CEO de Korn Ferry. Esto amplía la oferta y mejora las posibilidades de cubrir posiciones.

Un mercado que se reactiva, pero con cuellos de botella

Aun así, la búsqueda no es sencilla. Según sus datos, el 50% de las empresas tiene dificultades para cubrir vacantes gerenciales, sobre todo en tecnología, comercialización y finanzas.

Ezequiel Palacios, director asociado de Glue Executive Search, coincide: la disponibilidad no siempre implica ajuste. “Crecen los grupos nacionales que necesitan profesionalizar estructuras, pero la baja rentabilidad obliga a ser selectivos. Si se logran las reformas impositivas y laborales, el mercado mejoraría sustancialmente”.

Las consultoras describen un nuevo estándar para roles ejecutivos. Además de la experiencia técnica, hoy se buscan tres grandes pilares: negocio, liderazgo y tecnología. Y encontrar los tres en la misma persona es difícil.

Para Alejandro Mascó, socio de Faro HR, la transformación tecnológica está redefiniendo el tablero. “Los directorios exigen un mínimo de riesgo tecnológico. Temas como gobernanza, analítica de datos, ciberseguridad e IA ya son parte de la conversación”.

Los nuevos requisitos: datos, IA y liderazgo en incertidumbre

En las entrevistas, se evalúa la fluidez para hablar de datos, la experiencia en procesos de transformación digital y la capacidad de liderazgo en entornos inciertos. A esto se suma una competencia nueva y explícita: el readiness para IA, es decir, cuán preparado está un ejecutivo para integrar inteligencia artificial en la operación del negocio.

Las posiciones que más se fortalecen incluyen CTO, Chief Data Officer, directores de IA y líderes de analítica, además de perfiles comerciales y financieros capaces de combinar visión de negocio y capacidades técnicas.

Las consultoras coinciden: 2026 tiene las condiciones para ser un año mejor. Con un horizonte político despejado, expectativas más claras y un clima proempresa, las decisiones que estuvieron trabadas comenzaron a reactivarse. Pero todo dependerá de que la microeconomía recupere oxígeno.

El mercado ya mostró qué pasa cuando se despeja la incertidumbre. La cancha se marcó, y se marcó para bien para el mundo empresario”, resume Palacios. En esa línea, Mascó advierte: “Las organizaciones que no se animan a revisar por dónde pasan los negocios futuros están en problemas. No hay mucho tiempo para seguir esperando”.