

Tras cerrar sus vacaciones y volver a Brasilia, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, comenzará a decidir las visitas de Estado que hará y las reuniones multilaterales de las que participará en 2012. Uno de los compromisos aún no confirmados es su asistencia al Foro Económico Mundial. Pero en el Palacio do Planalto coinciden en que la agenda internacional de la mandataria este año continuará dando señales de los temas e interlocutores que el gobierno brasileño considera estratégicos.
El primer viaje internacional de Dilma este año sería a Cuba y Haití en enero o inicios de febrero. El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva visitó Cuba cuatro veces en sus dos mandatos. En ese período, Brasil concedió diversas líneas de crédito para que el país caribeño importase alimentos, máquinas e implementos agrícolas nacionales. Ambos países firmaron también acuerdos en las áreas de medicina, producción agrícola y petróleo.
Brasil, que cuenta con el respaldo del gobierno de Raúl Castro para asumir una silla permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, intenta mantenerse bien posicionado en el marco de las medidas de apertura económica e inversiones en infraestructura promovidas por la isla.
En relación a Haití, la visita ocurrirá en medio de la evolución de la cooperación bilateral, que en los últimos años se concentró en el sector de mantenimiento de la seguridad.
Después del cambio de gobierno en Haití y los esfuerzos para la reconstrucción del país, sacudido por terremotos en 2010, los dos países pasaron a mantener proyectos en las áreas de energía y agricultura.
En marzo, se estima que Rousseff retribuirá la visita del presidente estadounidense, Barack Obama, y cumplirá con la invitación que le hizo en la reunión del G-20 la canciller alemana Angela Merkel para que visitase el país europeo. La preparación de ambos viajes está todavía en estado preliminar. Pero auxiliares de Dilma creen que la crisis financiera internacional será uno de los principales tópicos de ambas agendas, en especial por la importancia política y económica de Estados Unidos y el peso del liderazgo de Alemania en la conducción de las negociaciones en la Unión Europea.
En ambas ocasiones, Dilma tratará además temas globales, como Medio Oriente, y de asociaciones en ciencia y tecnología, energía y clima, además de reforzar la visión de Brasil de reducción de conflictos por medio de la cooperación y del desarrollo inclusivo y sustentable como forma de erradicar la miseria.
La presidenta también comparecerá a la reunión de la cumbre de los Bric, grupo formado por Brasil, Rusia, India y China. El evento será realizado en Nueva Delhi. En tanto, la Cumbre de las Américas se realizaría en abril, en Cartagena.
En junio, se hará la cumbre del Mercosur, en Argentina. Brasil realizará también todos los esfuerzos para que la reunión sobre el clima Rio+20 presente los mejores resultados posibles. La presidenta de Brasil tendrá otra oportunidad, durante una reunión del G-20 que se realizará en México, para volver a exigir soluciones a la crisis financiera global.
Finalmente, autoridades del gobierno vislumbran posibles participaciones de Dilma en la Asamblea General de la ONU y en la reunión de cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), respectivamente a realizarse en Nueva York en septiembre y Santiago de Chile en diciembre.
En 2011, la agenda internacional de la presidenta no fue muy intensa en el primer semestre. Pero en la segunda parte del año, Rousseff aumentó el número de compromisos internacionales. De esa forma, siguiendo la directriz de que el poder blando de Brasil se proyectará a través de una diplomacia presidencial inclusiva y no restrictiva, proyectó su gobierno en la escena global.
Su primera visita de Estado fue a Argentina, un mes después de asumir. Luego, la presidenta desembarcó en China, donde mantuvo encuentros bilaterales y participó de la reunión cumbre de los Bric. Dilma visitó luego Venezuela, Perú, Uruguay y Paraguay. Participó de las cumbres del Mercosur, de la Asamblea General de la ONU y reuniones del Ibas
-grupo formado por India, Brasil y Sudáfrica- y el G-20.
La mandataria fue a Bélgica, donde exigió a la Unión Europea medidas para combatir la crisis financiera. Visitó también Bulgaria, país donde nació su padre, Turquía, e hizo un breve periplo por frica.










