

La cantidad de destinos atendidos por vuelos internacionales desde los aeropuertos brasileños es actualmente la más alta desde al menos el año 2000.
Hasta noviembre del año pasado, Brasil tenía enlaces aéreos con 53 ciudades del exterior, a través de compañías nacionales o extranjeras. Ese número sigue en rápido ascenso. Se están creando nuevas rutas que conectan al país con destinos como Abu Dabi (Emiratos rabes), Adís Abeba (Etiopia) y Quito (Ecuador).
En el año 2000, había vuelos a 47 ciudades, pero la cobertura de la red aérea fue reduciéndose en los años siguientes. Pesaron en esa caída las oscilaciones cambiarias y la quiebra de Varig. La cantidad de vuelos regulares -con doce meses seguidos de operaciones-cayó a 40 destinos en 2008, según datos de la Agencia Nacional de Aviación
Civil (Anac). Desde entonces, se produjo una disparada, que refleja el creciente interés de las compañías extranjeras y la remoción de barreras que impedían el establecimiento de nuevas rutas.
Una de las prioridades de la agencia fue acelerar la firma de acuerdos de servicios aéreos con otros países. El número de tratados vigentes subió de 67 a 85 en los últimos cinco años. También se adaptaron los antiguos. Esos acuerdos son una pre-condición para cualquier enlace entre dos países y regulan, por ejemplo, la cantidad de vuelos permitidos para cada lado.
Hicimos pruebas de mercado, introduciendo niveles crecientes de apertura y de competencia en los acuerdos bilaterales, para ver como se comportarían las empresas, dijo el superintendente de relaciones internacionales de Anac, Bruno Dalcomo.
Según Dalcomo, uno de los principales focos de la agencia fue Asia y Medio Oriente, debido al creciente flujo de pasajeros y la falta de alternativas para viajar que había hasta hace poco tiempo. Estamos intentando construir nuevas puertas de acceso en el mercado de largo alcance, principalmente (el mercado) asiático, sin quedar como rehenes de Europa, afirmó.
La idea es evitar, cada vez más, escalas o conexiones en el Viejo Continente para llegar al destino final. Además de tornar más práctico el viaje, constituye una alternativa para evitar dos problemas. Primero, que el aumento de precios en los vuelos durante la temporada alta encarezca las tarifas incluso de pasajeros que no pretenden quedarse en Europa; después, no correr riesgos de que eventos localizados causen un problema en gran parte de la red internacional. Parece improbable, pero fue exactamente lo que ocurrió cuando las cenizas del volcán Eyjafjallajokull, en Islandia, paralizaron los cielos europeos, en 2011, dificultando la vida de los que tenían que hacer una conexión para seguir rumbo a Asia o frica.
Entre las compañías que llegaron, o en algunos casos, volvieron a Brasil en los últimos años están Emiratos (con vuelos a Dubai), Qatar (Doha), Singapur (Singapur), Turkish (Estambul) y Korean (Seúl). La mayoría parte del aeropuerto de Guarulhos, en San Pablo. En junio, Etihad, otra compañía aérea de los Emiratos rabes Unidos, comenzará a volar la ruta San Pablo-Abu Dabi.
Otra ruta que se abrirá en junio es la que unirá Galeao-Guarulhos-Adís Abeba (Etiopia), operada por Ethiopian Airlines, con escala en Lomé (Togo). La rentabilidad no es el único objetivo del vuelo, sino también aproximar frica como un todo a América latina, aumentando la conectividad entre los dos continentes, afirmó el embajador de Etiopía en Brasil, Wuletaw Hailemariam.
La empresa etíope, administrada por el Estado y una de las más lucrativas de frica, pretende utilizar Adis Aba como un centro de distribución de pasajeros brasileños y latinoamericanos a través de frica y Asia. Tiene vuelos regulares a las principales ciudades de China, Senegal y Gana. Por otro lado, la elección de Ethiopian por Brasil ocurrió porque es el país con mejor conectividad hacia América del Sur, de acuerdo a la empresa.
El 7 de enero, Tame Airlines, principal compañía aérea de Ecuador, comenzó a volar la ruta Quito-Guayaquil-San Pablo. Hace más de diez años, con la crisis de Vasp y después de Varig, no existía un enlace directo entre los dos países. El gobierno ecuatoriano ofreció un subsidio de 40% en el precio del combustible para recuperar la ruta aérea. Enfocado en el potencial de negocios y en la atracción de turistas brasileños, Tame creó tres frecuencias semanales.










