El rumoroso grupo de 2° año de la Escuela Estadual Periodista Tim Lopes, en el Complejo del Alemán (Rio), Lucas de Andrade, de 16 años, también concluyó que la culpa de los problemas educacionales de Rio es de los políticos. Solo priorizan la educación en la hora de la elección, durante el mandato se la olvidan, dijo. Su compañero de clase, Daniel da Cruz, de 17 años, cree que la escuela no habla la lengua del joven.
Luan Goncalves (17), está entusiasmado con las nuevas amistades y la nueva escuela, inaugurada este año dentro del proyecto del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) de revitalización de las comunidades del Complejo del Alemán. "Vi conferencias con atletas y gente importante. Eso ayuda en los estudios, pero no ocurre en todos los colegios", dijo Luan.
El joven tiene razón. La escuela Tim Lopes es una excepción. Las salas de clase son amplias, tienen aire acondicionado, hay laboratorios de ciencia, de informática y de actividades vocacionales y culturales, un auditorio espacioso, guardarropa para profesores y hasta una pileta semi olímpica, con guarda vidas en dos turnos. Es una de las cien unidades escolares en óptimo estado, de un total de 1.457, según un diagnóstico de infraestructura de la red. El reciente informe del gobierno señala que 62% de las escuelas están en condición regular, mala o pésima.
Además de los problemas "físicos", el sistema de enseñanza de Rio de Janeiro se revela bastante debilitado internamente: 500.000 alumnos en los niveles fundamental y medio (40% del total) tiene desfasaje edad-curso, la tasa promedio de reprobación de toda la red llega a 22%, las matrículas están estancadas desde hace diez años, con registro de caída en muchas escuelas, faltan más de 10.000 profesores -el estado cuenta actualmente con 50.800 docentes, frente a 79.000 en 2006.
Todos los años, 4.000 trabajadores se exoneran o piden licencia, están desmotivados con el trabajo. ¿Cómo alguien con estudio superior se queda en la red escolar con un salario de R$ 700?, se pregunta Betriz Lugao, dirigente del Sindicato Estadual de los Profesionales de Educación.
El sueldo base del profesor en Rio es de R$ 765 para una carga semanal de 16 horas. Proporcionalmente a una carga de 40 horas, el valor está entre los 15 mejores del país, pero eso ni impide que el profesional haga muchísimas horas extras y trabaje en otras escuelas, una realidad en todo Brasil.
Para atraer cuadros, el gobierno comenzó también este año a ofrecer ayuda de R$ 50 para el transporte y de R$ 500, llamado vale-calificación, además de garantizar una remuneración extra para profesionales que cumplen metas. La medida llevó a 200 profesores de vuelta a la red escolar desde enero, según la Secretaría de Educación.
Son 12.000 profesores cedidos para otras áreas o que están de licencia. Editamos un decreto que no obliga a la secretaría a pagar a ese profesional y vamos a contratar una empresa privada para rever las licencias médicas, que tuvieron un comportamiento curioso en los últimos diez años: los pedidos suben en los períodos de clase y caen durante las vacaciones escolares. Abrimos concurso público para 1.372 profesores de matemática y física, contó Risolia.
Pago extra y meritocracia son puntos que el sindicato rechaza y no tuvieron consenso entre los docentes, pero son temas que se vienen discutiendo en estos tres primeros meses de validad. Es una forma de apoyo a nuestro trabajo. Todo lo que llega para valorizar es benéfico, opinó Cristiane Dias, profesora de portugués e inglés de la escuela estadual Caic Theophilo de Souza, en la comunidad pacificada Nueva Brasilia, una de las 12 favelas del Complejo del Alemán.