La encuesta de CNI/Ibope sobre intenciones de voto y evaluación del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff reveló al mercado financiero menos que las noticias internacionales del jueves, que fue feriado en Brasil.
Después de que Janet Yellen, presidente de la Reserva Federal, sesgara la idea de que en el mercado americano podrían estar creándose burbujas de activos, crecieron la movilización del gobierno argentino para explicar la falta de condiciones para pagar la parte de su deuda externa que vence el 30 de junio, en función de una decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos, y los rumores sobre la intención de Ucrania de reestructurar su deuda en moneda extranjera.
Como cereza del postre, el petróleo avanzó en el mercado internacional. El barril tipo Brent superó los u$s 115 ayer, renovando el precio más alto en nueve meses, en reacción a la crisis en Irak, donde el fortalecimiento de los rebeldes llevó a Barack Obama a anunciar el traslado de 300 consejeros militares a ese país, en un intento para evitar una guerra civil.
Hoy, los inversores, bancos y assets retoman los negocios y en agenda hay una corrección de precios de activos para incorporar las cotizaciones internacionales. Sin embargo, es improbable que ocurra una inversión de la tendencia por razones electorales: el dólar avanzaría al ritmo de nuevas y posiblemente fuertes captaciones de recursos externos; los contratos de intereses futuros dan por concluida la tarea del Copom (Comité de Política Monetaria del Banco Central) hasta inicios de 2015, cuando la Selic (tasa de interés de referencia) subiría un poco; y el Ibovespa, que engordó el miércoles antes del feriado acompañando nuevo record en Nueva York, puede ofrecer la oportunidad de realización de lucros.
Al mercado le gustaría que el sondeo CNI/Ibope presentara a la presidenta, candidata a su reelección, perdiendo votos en favor de los principales adversarios. Pero la encuesta divulgada ayer no tiene esa información. Dilma Rousseff sigue por delante de los competidores Aécio Neves y Eduardo Campos. Las intenciones de votos sufrieron ajustes mínimos, dentro o cercanos al margen de error.
Fue record el rechazo al gobierno, con 33% de los consultados considerando a la actual administración mala y pésima, contra el 31% que sustenta una evaluación positiva del gobierno. Es la primera vez, desde la asunción de Dilma en enero de 2011, que se verifica esta inversión.
El mercado financiero podrá reaccionar a esa constatación, y aunque el Mundial de Fútbol concentre la atención de todos, las elecciones se aproximan. Y, al contrario de semanas atrás, la brecha para el “Vuelve Lula” parecer achicarse rápidamente. Tal vez por resistencia del propio ex presidente que tiene un agudo sentido político e intuitivamente debe reconocer que si hubo un momento para “volver”, ese momento pasó. Es el costo de un cambio en el escenario electoral podría resultar incalculable a esta altura del calendario.
En tiempo: importante estar atento a todos los movimientos del gobierno, incluyendo al Banco Central, porque no hay garantía de que la administración actual no multiplicará los esfuerzos para garantizar una buena diferencia en la preferencia de los electores hasta octubre.