Con la economía creciendo poco y los gastos en alza en Brasil, el gobierno federal depende cada vez más de los dividendos de Petrobras, del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), la Caixa Econômica Federal y el Banco do Brasil (BB) para conseguir cumplir la meta de superávit primario del sector público consolidado de 1,9% del Producto Bruto Interno (PBI) este año.
El área económica espera recibir R$ 23.900 millones en dividendos de las empresas estatales federales este año. Por ahora, entraron R$ 9.000 millones. Hasta el 22 de julio, el gobierno evaluará el comportamiento de los ingresos y gastos, y podrá revisar ese número.
Si se considera solamente el hecho de que la economía brasileña crecerá por debajo del 2,5% previsto en el informe anterior y por eso generará menos recursos a las instituciones, la proyección de transferencias podría incluso reducirse. Pero, como se viene constando en los últimos años, no es ese el único criterio.
Una demostración de que la ganancia de las empresas públicas no es el factor preponderante para el pago de los dividendos al gobierno federal es que, incluso con la caída o estancamiento del desempeño de las empresas, las transferencias al Tesoro Nacional están aumentando.
En Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), por ejemplo, fue una de las instituciones públicas cuyo lucro se mantuvo prácticamente estable en el primer trimestre ante el mismo período de 2013, y entre enero y mayo, transfirió R$ 3.898 millones de los R$ 9.000 millones que recibió el gobierno en el período.
En los últimos años, el banco redujo sus reservas de estatuto -recursos destinados a asegurar la formación del patrimonio líquido compatible con la expectativa de crecimiento de activos y garantizar el margen operativo compatible con el desarrollo de las operaciones del banco-para conseguir transferir un volumen cada vez más alto de recursos al Tesoro.
En el caso del BNDES y la Caixa Econômica, donde el gobierno es el controlador, es más fácil administrar el valor que pretende recibir en dividendos. Caixa destinó, el año pasado, R$ 4.000 millones para los cofres públicos. Pero, según una fuente del banco, si el controlador quiere un mayor nivel, siempre se puede lograr.
Petrobras, que tuvo en el primer trimestre un lucro 30% inferior al de 2013, transfirió, en los primeros cinco meses de este año, más que la totalidad del año pasado. Entre enero y mayo, la compañía petrolera contribuyó con R$ 2.012 millones, seguida por la Caixa (R$ 1.762 millones) y BB (R$ 767,5 millones). En los primeros cinco meses de 2013, los dividendos pagados al Estado habían sumado R$ 3.903 millones, casi tres veces menos que en 2014.
A pesar de la expectativa de recibir R$ 15.000 millones por la reapertura del Refis, anticipación de pago de cuotas antiguas e ingreso de más de R$ 2.000 millones de bonos por contratos para le explotación del pre-sal por Petrobras, el economista de Tendencias, Felipe Sato, cree que el gobierno precisa aumentar la previsión de dividendos a R$ 26.000 millones para conseguir cerrar las cuentas.