

El gobierno argentino frustró a los negociadores brasileños y presentó una propuesta incompleta a los demás socios del Mercosur para llevar adelante las discusiones de un esperado acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE).
Antes de llevar cualquier cosa a los europeos, el Mercosur está haciendo un esfuerzo para coordinar sus propias posiciones. Argentina quitó de su propuesta tres de los cuatro ejes que suelen formar parte de un acuerdo: servicios, inversiones y compras gubernamentales. Solamente presentó, para las discusiones internas del bloque del Cono Sur, una oferta de bienes. Es decir que, especificó los productos provenientes de la UE que podrán tener sus aranceles de importaciones eliminados, y en cuánto tiempo ocurriría ese proceso.
Pero no hizo menciones a la apertura del mercado de servicios, a la protección de inversiones y a los márgenes de preferencias en sus licitaciones públicas para proveedores europeos. Los demás socios del bloque sudamericano hicieron los deberes completos e incluyeron las cuatro áreas en la propuesta. Solamente Venezuela, que todavía se está adaptando al arancel externo común, está fuera de las discusiones.
Todo el bloque había asumido el compromiso de entregar una oferta de liberalización comercial a la UE, hasta finales de diciembre. Paraguay, aunque formalmente está fuera del Mercosur, y Uruguay habían cerrado sus propuestas. Argentina mantenía el suspenso en torno de sus posiciones de cara a las negociaciones. La semana pasada, envió a Brasilia una delegación de ministros para reiterar el interés de avanzar en ese proceso.
Sin embargo, lo que finalmente colocaron los argentinos sobre la mesa generó decepción. Hace una semana, en una reunión en Caracas, el encuentro terminó horas antes de lo previsto por el aburrimiento de los técnicos.
Además de no incluir en su propuesta tres áreas importantes de cualquier acuerdo de libre comercio, el gobierno argentino llevó a los demás socios del Mercosur una oferta de eliminación de aranceles que cubre un nivel de comercio considerado insuficiente para avanzar en la discusión con la UE.
Los europeos exigen el fin de las alícuotas sobre cerca de 90% de sus exportaciones al bloque sudamericano. Uruguay y Paraguay superaron ese nivel en sus propuestas. La Cámara de Comercio Exterior (Camex) aprobó una oferta de Brasil que nuclea 87% del comercio. El compromiso argentino fue inferior.
El gobierno brasileño prefiere conciliar posiciones y llegar a una propuesta conjunta del Mercosur, pero envió a Buenos Aires el mensaje de que eso sería imposible con el nivel actual de ambición de Argentina.
La duda, entre los negociadores brasileños, es si Argentina dio su posición definitiva o está abierta a mejorar su oferta e incluir las demás áreas. Si no hay mejoras, la única alternativa será una propuesta conjunta del Mercosur que incluya las reglas generales del acuerdo, pero con velocidades diferentes de apertura comercial con la UE.
El tiempo es corto. Itamaraty y el ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, que coordinan las negociaciones del lado brasileño, quieren llevar esa propuesta hasta el 15 de diciembre. Para dar peso político a la presentación de la oferta de acuerdo, el canciller Luiz Figueiredo y el titular del Mdic, Fernando Pimentel, analizan llevar personalmente la propuesta a Bruselas. Brasil realizará una oferta con o sin la Argentina.










